Santander Wealth Management & Insurance, que aglutina el negocio de banca privada, gestión de activos y seguros del banco, considera que, aunque el complejo panorama de inflación y crecimiento previsto para el próximo año aconseja cautela, se están sentando ya las bases de la recuperación del mercado. “Esperamos que en el primer trimestre de 2023 se confirme el pico de inflación, permitiendo a los bancos centrales frenar la subida de tipos de interés e iniciándose el proceso de recuperación de los mercados de renta fija”, señala Víctor
Matarranz, responsable global de Santander Wealth Management & Insurance, en la carta de presentación del Informe de Perspectivas de Mercado 2023 titulado El gran ajuste de los tipos de interés. Y añade que, “a partir de la segunda mitad de 2023, podremos ver la recuperación de activos más cíclicos como la renta variable, en la medida en que los bancos centrales puedan anunciar próximas bajadas de tipos”. Por tanto, “es necesario más que nunca combinar la visión del corto y del largo plazo a la hora de gestionar las inversiones”, concluye.
La entidad contempla en su escenario central macroeconómico un proceso de ajuste que ya estaría llegando a su fase final en la parte de política monetaria. “Consideramos que estamos próximos a alcanzar el tipo máximo de este ciclo alcista y que el efecto acumulado de la subida de tipos será suficiente para cambiar el rumbo de la inflación. Esta fase de estabilización monetaria se extendería durante gran parte del 2023 y no esperamos un movimiento a la baja de tipos hasta que se produzcan señales más claras de que la inflación está bajo control. Las buenas noticias llegarán primero a los activos defensivos (renta fija) y luego a los activos cíclicos (renta variable)”, se indica en el informe. Según Santander Wealth Management & Insurance, el momento en que se alcance el pico de inflación variará en cada geografía, pero en líneas generales se podrán apreciar “señales inequívocas de un cambio de tendencia” durante el primer trimestre de 2023.
Respecto al crecimiento, se esperan niveles mínimos en los próximos trimestres con algunos países experimentando episodios de recesión de intensidad moderada. No obstante, “vemos improbable que se produzcan ajustes económicos similares a los ocurridos en la gran crisis financiera de 2008 o la tecnológica de 2000”.
En renta fija, señala que “los avances en la estabilidad monetaria darían lugar a multitud de oportunidades en los activos de renta fija, cuyos rendimientos se han normalizado y comparan muy favorablemente con años anteriores”. Añade que “las subidas de tipos han sido el 'villano' del mercado en 2022, pero a futuro pueden ser el punto de partida para generar rentabilidad con bajo riesgo. Para los inversores conservadores es muy positivo que la liquidez haya dejado de estar penalizada”. Adicionalmente, la subida de los rendimientos de la renta fija potencia de nuevo su capacidad de diversificación en las carteras. En cuanto a los bonos corporativos, recomienda incrementar elriesgo de crédito en las carteras a medida que se anticipe el fin de la desaceleración económica.
Por su parte, en renta variable, la firma mantiene el posicionamiento de cautela a la espera de que se produzcan avances en el ajuste de los beneficios de las compañías. “El ajuste de expectativas de beneficios ha comenzado, pero todavía está incompleto”, indica, y agrega que es probable que éstas se sigan revisando a la baja en línea con las perspectivas de desaceleración económica para 2023. La entidad especifica que los cambios estructurales que se han producido en la inflación (a medio plazo se estima que los precios se sitúen por encima del 2%) aconsejan un incremento del posicionamiento en activos reales, como la bolsa, infraestructuras e inmuebles. También es clave mantener un posicionamiento en inversiones alternativas con especial énfasis en mercados privados (private equity y private debt).
El informe apunta que, a medida que se confirme la mayor estabilidad en los tipos de interés y se identifiquen señales de recuperación económica, el mercado volverá a centrarse en empresas innovadoras capaces de generar mayores tasas de crecimiento. En este sentido, considera que las mayores oportunidades se encuentran en biotecnología, transición energética, ciberseguridad, foodtech, robótica y sostenibilidad y destaca el sector de energías renovables debido a la prioridad a nivel global de garantizar el suministro energético de una manera sostenible.