Ante la falta de acuerdo o acercamiento de posturas entre los líderes europeos y a pesar de lo crítica de la situación, Europa sigue sin contar con medidas contundentes que permitan gestionar la crisis de deuda actual de modo más eficiente. Mientras tanto, aquel pequeño problema que era Grecia, se ha convertido en un grave problema que tras pasar por Irlanda y Portugal, ahora tiene a España, y en segunda instancia a Italia, en el centro de la diana. Un problema que en ausencia de freno, amenaza seguir arrasando con todo. Lamentablemente parece que no se aprende de los errores del pasado y Europa sigue con esa temeraria estrategia de comprar tiempo ¿Cuánto tiempo más? Con la rentabilidad del bono alemán en mínimos históricos, la rentabilidad del bono español a 10 años rondando el 6,7% y la renta variable de camino a los mínimos de 2.003, creo que no me equivoco si digo que el tiempo es oro.
Mientras tanto, la economía mundial tampoco alivia la situación. La desaceleración de los países emergentes sigue su curso y el buen comportamiento de los indicadores económicos en las principales economías desarrolladas en el primer trimestre, es evidente que no continuará en el segundo trimestre del ejercicio. Un escenario, que de tener continuidad, devolvería las preocupaciones a EEUU (techo de gasto, preocupación por el crecimiento)… pero alimentaría la posibilidad de que la FED continúe con los estímulos (bien extendiendo la operación twist, bien con un QE3) y ya sabemos que esto gusta a los mercados. En ese caso espero que alguien se plantee, ¿será el definitivo? ¿Se hará llegar a la economía real o una vez más, tan sólo servirá para engrosar la deuda del país y sostener a bancos y mercados?
Con todo, la renta variable euro se ha visto afectada por la potenciación de la crisis de la periferia euro y por un elemento añadido más; la pérdida de ritmo de las plazas USA. Aquellos síntomas de agotamiento a los que aludíamos semanas atrás, han confirmado nuestros temores y han dado paso a un movimiento correctivo que se ha llevado por delante los soportes a considerar para el corto plazo (12.700 del Dow Jones, 1.340 de S&P500 y 2.575 del Nasdaq). Ahora, en la medida que las plazas USA no sean capaces de recuperar estos niveles, el escenario de continuidad bajista seguirá activo con catalizadores en los 12.335-12.200 del Dow, los 1.280 del S&P y 2.470 del Nasdaq.