El Gobierno estadounidense básicamente está usando al contribuyente para asegurar el riesgo de pérdidas en el valor de esos activos, al tiempo que ofrece potenciales beneficios a inversores privados, sostuvo el economista.

"Francamente, esto es equivalente a un robo al pueblo estadounidense. No creo que funcione porque habrá mucho enfado por colocar tantas pérdidas sobre los hombros de los contribuyentes estadounidenses", agregó.

Aún si el plan limpia las masivas deudas tóxicas de los bancos, las preocupaciones sobre el panorama económico significan que los bancos todavía podrían no estar dispuestos a conceder nuevos préstamos, mientras que la perspectiva de una mayor carga impositiva para financiar varios planes de estímulo del Gobierno podría debilitar todavía más a los consumidores estadounidenses, dijo Stiglitz.

Algunos legisladores republicanos también han expresado sus preocupaciones por los incentivos ofrecidos por el Gobierno, que podrían terminar otorgando a los inversores privados más del 90% de los fondos para comprar los activos problemáticos.