Garzarelli  reconoció en una entrevista al progrma “Bloomberg Surveillance”  que “lo que parece estar refrenando al BCE en esta coyuntura es la preocupación por las insolvencias de algunas de estas entidades bancarias. A la larga, los Gobiernos se ocuparán de estos problemas y eso librará al BCE de tener que ocuparse del asunto, así que puedan volver a concentrarse en la inflación como su mandato primario”.

El BCE mantuvo su tasa referencial de préstamos en un 1%,
la más baja hasta la fecha, a principios de este mes y el presidente de la institución, Jean-Claude Trichet, endureció sus declaraciones sobre la inflación después que esta subió a un 2,2% en diciembre, traspasando el límite del banco central de un 2% por vez primera en más de dos años.

El BCE puede evitar hacer daño a los países más endeudados de la región, como Irlanda y Grecia, subiendo las tasas de interés gradualmente e suministrando una liquidez “generosa” a los bancos, dijo Garzarelli.