Según los analistas de la "City", centro financiero de Londres, la carrera sin precedentes experimentada esta semana por el petróleo, cuyo precio se situó cerca de los 100 dólares el barril, podría haber determinado la decisión del banco.Los indicadores económicos hechos públicos esta semana sugieren que la crisis crediticia ha tenido un efecto mayor de lo que se esperaba en la economía británica y en el ánimo de los compradores.El pasado martes, el Consorcio Británico Minorista (BRC) hizo público que las ventas aumentaron en un 1% en octubre, lo que supone el menor crecimiento experimentado desde noviembre de 2006.Por su parte, la Oficina de Estadísticas Nacionales reveló el lunes que la producción industrial del Reino Unido se contrajo un 0,6% en septiembre.En este contexto, los analistas predicen que los tipos podrían reducirse hasta un 5,25% en dos fases de aquí a mediados de 2008, si el próximo año el crecimiento económico del Reino Unido sigue siendo moderado.Las preocupaciones acerca de la salud del sector financiero se incrementaron este miércoles tras la advertencia del banco de inversión Morgan Stanley de que sus próximos resultados trimestrales se verán reducidos en al menos 2.500 millones de dólares por la crisis hipotecaria en EEUU.Aunque la crisis crediticia podría parecer favorable a una rebaja de los tipos para aumentar la confianza de los consumidores, los analistas sostienen que el Banco de Inglaterra aún debe mantener la inflación bajo vigilancia, en especial debido al continuado incremento experimentado por el precio del crudo y los alimentos.El director general del BRC, Kevin Hawkins, dijo hoy que un recorte del precio del dinero antes de las Navidades habría ayudado al sector minorista y a la industria en general."Ante la evidencia de que una grave recesión amenaza la confianza de los consumidores y puede acarrear una caída de los ingresos, el MPC debería haber llevado a cabo una defensa preventiva para evitar más repercusiones en la economía británica", añadió Hawkins.El jefe economista de la organización manufacturera británica EEF, Steve Radley, se posicionó a favor de la decisión tomada por la entidad emisora porque, según asegura, es "sensato" esperar a que haya más evidencias que apunten a una posible desaceleración del crecimiento económico en el Reino Unido.