El anuncio también representa un cambio significativo en la actitud estadounidense hacia el FMI y forma parte de los esfuerzos de Obama por motivar a otros líderes a atacar a la crisis de manera frontal.

En una sesión informativa antes de la reunión de los ministros de finanzas del G-20 esta semana, Geithner dijo que los funcionarios estadounidenses también presionarán para que se reformule la supervisión de los mercados financieros, haciendo eco a los llamados de los funcionarios europeos, quienes han dicho que las grandes compañías financieras multinacionales deben estar sujetas a una supervisión más estricta.

Geithner propuso varios incrementos de fondos para el FMI que podrían aumentar sus arcas para préstamos a hasta US$1 billón, sustancialmente más que lo que los funcionarios del FMI han solicitado.

Funcionarios estadounidense están proponiendo un incremento de US$50.000 millones a US$500.000 millones en una de las líneas de crédito de emergencia del FMI, lo cual podría incrementar el aporte de Estados Unidos de US$10.000 millones a US$100.000 millones. La propuesta también busca más aportes de China y otros países en desarrollo.

Apartes de esta nueva estrategia de Estados Unidos podrían ser controversiales, especialmente la presión para expandir los poderes y el alcance del FMI. El incremento en los aportes requeriría la aprobación del Congreso.

Un portavoz del FMI dijo que "recibimos con beneplácito la propuesta del Tesoro estadounidense como un paso muy positivo para asegurar al sistema financiero mundial que el FMI tiene el nivel apropiado de recursos" para satisfacer las necesidades de sus miembros.

Geithner también ofreció un adelanto de las reformas a la regulación financiera que el Gobierno de Obama espera detallar en las próximas semanas. Dijo que el plan incluirá límites mucho más estrictos sobre las grandes compañías financieras y un llamado a que la Reserva Federal juegue un papel mucho mayor, posiblemente como regulador de los riesgos que amenacen a toda la economía.