De hecho, la Casa Blanca ha planteado un presupuesto que expande un 5% el gasto de defensa, pero que recorta programas sociales, como la cobertura de la salud para los más desfavorecidos, conocido como Medicare.Como resultado,
la propuesta contempla un déficit presupuestario de unos 400.000 millones de dólares para el 2008 y el 2009, muy por encima de los 163.000 millones que se registraron en el 2006.