Sin embargo, si se incluyen los dividendos por acción preferente y el impacto negativo de la devolución de los 45.000 millones de dólares (31,810 millones de euros) prestados por el Gobierno dentro del Programa de Alivio de Activos Tóxicos (TARP), el banco registró unas pérdidas 2.204 millones de dólares (1.558 millones de euros), frente al beneficio de 2.556 millones de dólares (1.807 millones de euros) que obtuvo en 2008.

Asimismo, la cifra de negocio de Bank of America alcanzó en 2009 los 119.643 millones de dólares (84.594 millones de euros), un 64,3% más en comparación con los 72.782 millones de dólares (51.462 millones de euros) de 2008.

En el cuatro trimestre del año, la entidad perdió 194 millones de dólares (137 millones de euros), un 89,1% menos que en el mismo periodo de 2008, cuando las pérdidas neta fueron de 1.789 millones de dólares (1.265 millones de euros). La cifra de negocio fue en el último trimestre del año de 25.076 millones de dólares (17.738 millones de euros), un 59,9% en comparación con los 15.680 millones de dólares (11,092 millones de euros) del mismo periodo del año anterior.

Las pérdidas del cuatro trimestre ascienden a 5.196 millones de dólares (3.674 millones de euros) si se incluye la devolución del dinero prestado por el TARP y el pago de dividendos. En el último trimestre de 2008, las pérdidas en este caso fueron de 2.392 millones de dólares (1.691 millones de euros).

El presidente y consejero delegado de la entidad, Brian T. Moynihan, reconoció que es "decepcionante" tener que presentar pérdidas en el cuarto trimestre pero destacó que en este periodo también hay que señalar "logros importantes".

"Primero, la devolución a los contribuyentes, con intereses, de la inversión del TARP. Segundo, hemos dados pasos para fortalecer nuestro balance a través de exitosas ofertas de valores. Y tercero, todo nuestros negocios no relacionados con el crédito registraron contribuyeron positivamente a los resultados", agregó.

De cara a 2010, Moynihan destacó que hay "señales de que la economía está mejorando", como la estabilización de sus costes de crédito. Sin embargo, subrayó que las condiciones económicas "siguen siendo frágiles y se espera que los elevados niveles de desempleo continúen, arrastrando al consumo y al crecimiento".