Christine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), considera que el desempleo es uno de los problemas más grandes del mundo, aunque se muestra optimista sobre la aceleración del crecimiento global. En un discurso en la Universidad de Stanford, Lagarde ha admitido que el desempleo sigue en niveles inaceptables, pero también ha insistido en la importancia de seguir adelante con las reformas y ha reiterado la necesidad de mantener una política monetaria acomodaticia en las economías avanzadas.

“Aunque el desempleo es demasiado elevado, la deuda pública y privada es demasiado elevada, y el crecimiento global es demasiado bajo respecto a su potencial, vemos un momentum económico que está en proceso”, ha indicado la jefa del FMI. Como prueba de este momentum, ha señalado a la previsión de un crecimiento del 3,75% en la economía global este año, con las expectativas de una aceleración hasta el 4,0% en 2015. Lagarde atribuye esta mejora a “los acontecimientos positivos en las economías avanzadas, por supuesto en Estados Unidos, pero también en Japón y la Zona Euro”, al mismo tiempo que ha reconocido la “ironía” de que “los mercados emergentes, que apoyaban la economía (mundial) durante la crisis, ahora se debiliten".

En su discurso, Lagarde ha destacado el problema serio del paro global y, citando datos de la International Labor Organization, ha comentado que, si no hubiera crisis, habría 62 millones de empleos más a nivel mundial hoy en día. “Las cosas como son, hay más de 200 millones de personas que buscan trabajo en todo el mundo. Si todos ellos formasen un país, sería el quinto más grande del mundo. Además, también es preocupante que 75 millones de estas personas sean jóvenes con ganas de poner un pie en la escalera del éxito. No podemos permitirles convertirse en una 'generación pérdida'”, ha advertido.

En este contexto, Lagarde ha insistido en que la creación del empleo debe ser una “prioridad preeminente” para los próximos años. A esta recomendación, ha añadido que la política monetaria debería seguir siendo acomodaticia en muchas economías avanzadas, ha instado a los países a poner sus finanzas en orden a través de políticas apropiadas y reformas estructurales y ha pedido una mejora en la comunicación entre las autoridades globales.

J.M.