Netflix está en shock absoluto. O al menos sus grandes y pequeños inversores que huyen despavoridos tras la primera pérdida de suscriptores de la historia de la mayor plataforma de contenidos de streaming del planeta. Un aviso a navegantes también para sus competidores, mientras ahora mismo se cuestionan sus cuantiosas inversiones en producción, que esperaban ser de 18.000 millones de dólares en el presente ejercicio, en una dinámica que la directiva de la compañía de Los Gatos podría replantearse.
En su gráfica de cotización comprobamos la debacle del valor con esos números: pérdidas que rozan el 43% en solo cinco sesiones, del 49% para el último mes, caídas del 45% en el trimestre y que se elevan nada menos que al 67% en lo que va de año.
La búsqueda de nuevas posibilidades solo acaba de comenzar, ante el impacto monumental que ha supuesto de nuevo sus resultados trimestrales, por segunda vez consecutiva y que se ha comido ya más de la mitad de lo que valía Netflix en el mercado. Algunas ya se han dejado caer, y la “limpieza” comenzará a fraguarse, aunque será un proceso lento y no inmediato, ni mucho menos.
Las dos medidas estrella anunciadas quieren mejorar claramente sus ingresos: la búsqueda de su mejora vía monetización de los suscriptores, más que la ampliación de una base, que como hemos visto en el primer trimestre, comienza a estar saturada a pesar de la potencialidad que presenta. Si en el primer trimestre ha perdido 200.000 suscriptores su guidance para el siguiente es que se marchen dos millones, nada menos, tal y como establece Reuters en esta gráfica:
Pero la fuerte competencia que presenta con la proliferación de plataformas y Disney + como inmediato perseguidor le dejan en ese círculo infinito de seguir produciendo a marchas forzadas para evitar bajas de los usuarios, con el consiguiente coste. Ahora la idea es empezar a implementar anuncios, algo que se descartaba hasta hace un trimestre. Más ingresos por publicidad, menor coste para un usuario que da síntomas de cansancio ante los constantes aumentos de precio. Eso sí en uno o dos años se pondrá en marcha como confirmaba el coCEO Reed Hastings en la comparecencia tras los resultados
La segunda es combatir que se compartan contraseñas. Una costumbre, que, en sus primeros tiempos de bonanza, en 2017 por ejemplo, fomentaba de forma continua. Ahora no toca y tras su programa piloto que ya está llevando a efecto en Latinoamérica llevará primero a avisar y luego a cobrar un complemento a aquellos que compartan más allá de la familia con sus contraseñas.
Y a partir de ahora ¿qué hacemos con el valor? Las firmas de análisis se decantan por rebajar de forma generalizada sus recomendaciones. Desde Cowen dejan su precio objetivo en 325 dólares por acción desde los 590 anteriores. Un precio algo superior es en el que dejan, también a la baja desde Credit Suisse con consejo neutral para el valor: 350 dólares por título.
Consideran desde la entidad suiza que más allá de lo implementado por la compañía como causas de los malos resultados, desde Rusia hasta la competencia, uno de los culpables relacionados con el crecimiento posterior a la pandemia, cuando sus cifras llegaron a superar trimestrales de 10 millones de nuevos suscriptores, es la falta de oportunidades en mercados maduros debido a que más de 100 millones de hogares comparten contraseñas.
Desde la media del mercado de Tipranks de los 39 analistas que siguen el valor 7 se decantan por comprar, 29 por mantener y 3 por vender el valor en el mercado. Su precio objetivo medio alcanza los 302 dólares con avances potenciales de casi el 49%.
Mientras desde JPMorgan recortan a la mitad su PO hasta los 300 dólares, desde los anteriores 605, en un trimestre que consideran de cambio radical con tesis bajista sobre sus acciones. Su calificación baja a neutral desde sobreponderar el valor. Para Maquarie Netflix es una venta clara y Barclays reduce a neutral el valor, con precio objetivo de 275 dólares desde los 380 anteriores.
Y hay quien apuesta porque ahora Netflix, a pesar de las rebajas es una oportunidad con recorrido. Es el caso de Guggenheim que recorta su precio hasta los 350 pero mantiene comprar como consejo, con Canaccord más optimista, deja su PO en 400 desde los 600 dólares anteriores, también con apuesta de comprar sus acciones en el mercado.