Esther George, presidenta de la Reserva Federal (Fed) de Kansas City, ha indicado que el tamaño inicial del tapering (reducción en el programa de compra de activos) podría ser irrelevante, pero ha advertido de los riesgos asociados al retraso de su comienzo. George es una de los “halcones” más extremos de la Fed y la principal que tiene derechos de voto este año en las reuniones de política monetaria. En el último encuentro del pasado 18 de septiembre, George votó en contra de la acción monetaria porque temía que, en palabras del comunicado, “un alto nivel continuado de acomodación monetaria aumente los riesgos de futuros desequilibrios económicos y financieros y, a largo plazo, pueda causar un aumento de las expectativas de inflación a largo plazo”.
En el Foro Económico de Colorado, George ha mostrado su desacuerdo con sus colegas de la Fed: “Mi preferencia en cuanto al desarrollo de los acontecimientos habría sido comenzar a reducir la compra de activos en la reunión de la semana pasada”, ha comentado.
Asimismo, George ha señalado que el tapering es sencillamente una ralentización en las medidas extraordinarias y no un endurecimiento de la política monetaria. “Retrasar la toma de acción no sólo permite crecer a los posibles costes, sino que también podría amenazar la credibilidad y la previsibilidad las futuras decisiones de política monetaria”, ha advertido.
Además, ha explicado que la retirada de las medidas no convencionales está justificada por el actual estado de la economía. “Una reducción inicial en el ritmo de la compra significativa de activos será apropiada dado la mejoría en curso en las condiciones económicas”, ha declarado.
No obstante, George parece restar importancia del tamaño del tapering inicial. “No creo que la cantidad inicial tenga demasiada importancia en el contexto de su impacto. Lo que sí es importante, es que tenemos que comunicar de forma clara, una vez que empezamos, el camino que planeamos seguir para llegar al fin del programa”, ha explicado.
J.M.