El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, señaló anoche en Nueva York que el consejo de gobierno de la autoridad monetaria “ha acordado por unanimidad incorporar un sesgo acomodaticio que prevé explícitamente nuevos recortes en los tipos de interés si la volatilidad de los mercados financieros vuelve a los niveles vistos a principios del verano”. Sin embargo, el banquero italiano también reconoció que “la tendencia del precio del dinero sigue condicionada a las perspectivas de inflación (…) que podrán ser revisadas con el tiempo en función de nuestro marco analítico”, es decir, de los datos económicos que se vayan conociendo.

El consenso del mercado no apuesta por una rebaja de los tipos por ahora, no obstante cree que el BCE podría implementar nuevas medidas no convencionales, como por ejemplo otra ronda de LTROs (liquidez a largo plazo para la banca). Sobre el sector financiero, Draghi declaró: “No tengo ni idea de si debemos o no esperar más desastres”, tras los tests de estrés que se llevarán a cabo el año que viene. “Lo que sí tengo claro es que lo que está pasando, y es ciertamente positivo, es que, a la espera de esos exámenes, los bancos y supervisores están actuando fuertemente en todas partes para conseguir capital y alcanzar altos niveles de provisiones, y eso es bueno”.

De acuerdo con un sondeo independiente elaborado ayer, y recogido por Bloomberg, los analistas esperan que los tipos de interés se mantengan sin cambios al menos hasta la primera mitad de 2015.

S.C.