A la vista de un gráfico del S&P 500 podríamos apreciar cómo, desde mediados de febrero, se está moviendo lateralmente dentro del rango de precios comprendido entre los 1.840 y los 1.884 puntos respectivamente; si bien es cierto que durante la semana pasada asistimos a una dilatación del precio que le llevó a marcar un nuevo máximo anual (e histórico) en los 1.897,28 puntos. En cualquier caso, lo importante es que, por el momento, no se han perforado los primeros soportes de corto plazo. Simplemente, el índice se ha desplazado desde la parte alta del rango lateral hasta la base del mismo.
Así, la perforación (en cierres) de los mínimos de ayer (1.837,49), haría barajar como escenario más probable una visita a la zona de soporte que presenta en los aproximadamente 1.789-1.790, puntos por donde pasaría la directriz alcista más inmediata, la que viene a unir los mínimos crecientes del pasado mes de octubre y los mínimos de marzo. Ahora bien, lo que no debe ocurrir bajo ningún concepto si no queremos que las cosas se empiecen a complicar de verdad, es que se perforen los mínimos de febrero (último mínimo creciente o de reacción) que presenta en los 1.737,92 puntos.
José María Rodríguez