Una reducción de la fragmentación financiera, una mayor resistencia a futuras crisis o el impulso de un proceso de consolidación dentro del sector europeo, son algunas de las consecuencias de la puesta en marcha de la unión bancaria, según un estudio elaborado por IE Business School y PwC al que ha tenido acceso EFE. En este sentido, dice el informe que "el sector se encamina hacía una gradual reducción de su tamaño que podría redundar en un menor protagonismo de su actividad en la financiación de la economía".

Según el estudio titulado "La Unión Bancaria, un proceso irreversible en marcha", este proceso de concentración podría elevar los niveles de rentabilidad de la banca y dar respuesta a las exigencias de la nueva normativa única.

Añade el informe que la unión bancaria obligará a las entidades en el corto plazo a afrontar importantes retos como la evaluación exhaustiva a la que se someterán en los próximos meses. Además, tendrán que adaptarse a un nuevo modelo de supervisión operativo, preventivo y estratégico del Banco Central Europeo (BCE), que se apoyará más en la revisión del control interno, de la gobernanza y de la solvencia que en la revisión contable.

También advierte el estudio que los bancos deberán prestar máxima atención a la planificación de los criterios de capital y liquidez, en tanto que, a medio y largo plazo, las repercusiones para las entidades vendrán dadas, en buena parte, por la entrada en vigor del mecanismo de resolución.

El informe elaborado por el IE Business School y PwC resalta que la puesta en marcha de la unión bancaria servirá para hacer frente a futuras crisis, limitando el efecto contagio, y contribuirá a una mejor transmisión de la política monetaria, y en particular la de tipos de interés, a la economía real.

M.D.