Los mercados asiáticos consideran que los malos datos en la región dan razones para implementar estímulos y esta esperanza, junta con un mensaje acomodaticio de las actas de la Fed, han impulsado las compras en los principales índices con la excepción del Nikkei, que ha quedado plano. El Shanghai ha subido un 1,53%, el Hang Seng ha ganado un 1,33% y el Kospi ha avanzado un 0,48%.
China ha publicado unos datos de comercio “nefastos”. Las exportaciones de marzo han bajado un 6,6% interanual, frente a la subida del 4,0% que esperaba el consenso. Las importaciones, por su parte, se han desplomado un 11,3%, en comparación con el crecimiento del 2,4% que anticipaban los analistas. Tras los datos, el primer ministro chino ha declarado que el Gobierno no planea tomar medidas a corto plazo para estimular la economía, porque lo achaca a la volatilidad y ha insistido en que son capaces de mantener un crecimiento aceptable a largo plazo.
“Hemos vuelto a la lógica torcida de que las malas noticias son buenas noticias”, explica Nicholas Ferres, director de inversiones de Eastspring Investments a CNBC. “Sospecho que, a pesar de las palabras del primer ministro, Pekín se verá obligado a tomar medidas de relajación cuantitativa”, afirma.
En Japón, cabe destacar que los pedidos de maquinaria para el mes de febrero han salido peores de lo esperado con una caída mensual del 8,8%, frente a la previsión de un descenso del 3,0%, y una subida anual de sólo un 10,8%, frente a las expectativas de un crecimiento del 17,3%.
J.M.