Asia hace caso omiso de las compras en Wall Street y cierra en terreno negativo. No obstante, el volumen en muchos mercados se ha visto afectado por el festivo del Año Lunar y Shanghai, Hong Kong o Corea del Sur han permanecido cerrados.
En este contexto, el protagonista de la región ha sido el Nikkei que ha perdido el nivel psicológico de los 15.000 puntos tras una caída del 0,6%. La bolsa de Tokio ha registrado una caída semanal del 7,8% y ventas mensuales del 8,5%.
En el plano macro japonés, se han publicado un diluvio de datos. El protagonista ha sido la inflación que ha alegrado a los inversores a registrar su ritmo más rápido en más de cinco años. En concreto, el IPC excluyendo productos frescos de alimentación para el mes de diciembre ha avanzado hasta un crecimiento del 1,3%. Los expertos no esperaban cambios en el dato anterior del 1,2%. Los datos del mercado de viviendas han mostrado fortaleza y la producción de vehículos sigue aumentando. No obstante, la producción industrial y los gastos totales de hogares han decepcionado al mercado.
Aunque el conjunto de datos es positivo, hay analistas que consideran que los inversores han reaccionado a la menor posibilidad de más relajación cuantitativa por parte del Banco de Japón (BoJ). “Creo que el BoJ probablemente no va a tomar más medidas porque no hay razones que lo justificarían”, comentan desde RBS.
En cualquier caso, otra “excusa” se encuentra en el mercado de divisas dónde el yen se ha dado la vuelta para marcar máximos de ocho semanas en su cruce con el euro.
J.M.