No será hasta el jueves cuando Alemania dé a conocer los datos oficiales de crecimiento del segundo trimestre, pero, en consonancia con lo que muchos expertos prevén, el propio país ha reconocido este martes que la economía se ha ralentizado en dicho periodo.
En concreto, según el informe mensual del Ministerio de Economía recogido por Efe, Berlín reconoce que “tras el fuerte primer trimestre, el segundo ha experimentado un debilitamiento. Junto a la débil evolución de la Zona Euro afecta también la inseguridad derivada de los acontecimientos geopolíticos”.
De hecho, las consecuencias de las tensiones con Rusia por Ucrania ya ha comenzado a sentirse, pues el dato de sentimiento económico de los inversores institucionales en Alemania, el ZEW, ha registrado en agosto su octavo descenso consecutivo y ha marcado marcado mínimos de casi dos años.
Con todo, el Ministerio de Economía germano ha matizado que la “positiva tendencia” de base “sigue estando intacta”, con un mercado laboral “estable”, ingresos en ascenso y una tendencia de consumo que “continúa alta”.