Las bolsas europeas ceden de media un 1,10% mientras el BCE sigue sin mover ficha.
Ampliamente esperado era que el Banco Central Europeo (BCE) haya mantenido sin cambios su política monetaria en su encuentro del mes de agosto, señala Chris Williamson, economista jefe de Markit. Este experto destaca de la rueda posterior a la decisión de tipos (que se han quedado en el 0,15%) que el presidente Mario Draghi ha indicado que “no ven la necesidad inmediata de mayores estímulos. La recuperación ha sido 'débil, frágil y desigual', pero, sin embargo, avanza según lo previsto. Las expectativas de inflación están bien ancladas y la monetaria está esperando a comprobar cómo las medidas de estímulo anunciadas en junio ayudan a impulsar la economía y a levantar la inflación en la segunda mitad del año”.

En opinión de Williamson, la posibilidad de mayores estímulos parece “depender ahora principalmente de la geopolítica. En el pasado el BCE ya señaló que una posible ronda de medidas de flexibilización cuantitativa (QE al estilo de la implementada por la Reserva Federal estadounidense) a gran escala sólo será probable si se produce un gran evento que cambia el panorama económico”. Con las tensiones intensificándose en Ucrania, “la pregunta es cuándo sucederá un evento más importante”, se plantea este experto.
La conclusión que extrae el jefe de Markit es que “la posibilidad de que se implementen mayores estímulos es alta, pero hará falta un deterioro significativo de las perspectivas económicas a medida que avanzamos hacia la segunda mitad de 2014. Hasta entonces, el BCE se mantendrá en modo 'esperar y ver', aguardando que el crecimiento y la inflación aumenten en los próximos seis meses, mientras las iniciativas y políticas ya tomadas se asientan”.
Mientras, Jasper Lawler, analista de CMC Markets UK, se ha quedado con la sensación de que Draghi “ha dejado muchas de las preguntas importantes que le han planteado durante la rueda de prensa sin responder”. En concreto, destaca todo lo relacionado con “la amenaza sistémica de BES y el impacto económico de la situación geopolítica, especialmente en Ucrania”. El banquero italiano se ha limitado a señalar que lo ocurrido con la entidad portuguesa ha sido un “episodio menor” y ha alabado la actuación de las autoridades lusas al calificarla de “efectiva” y que ha servido para controlar una situación “potencialmente compleja”.
Por su parte los analistas de Capital Economics, señalan que, a pesar de que el BCE no ha dado “indicios fuertes” de acciones de política monetaria inminentes, “a la espera de juzgar las medidas ya tomadas”, el presidente Draghi “ha sonado bastante más pesimista sobre las perspectiva económicas y ha dejado la puerta abierta a medidas de flexibilización cuantitativa en el futuro”. En este sentido, la firma considera que “teniendo en cuenta que la recuperación sigue decepcionando y que la inflación no alcanza su objetivo, el BCE pondrá en práctica una QE en toda regla”.
A pesar de las esperanzas de esta última firma de que finalmente la autoridad monetaria de la Zona Euro saque finalmente la “artillería pesada”, de momento, la inacción de Draghi ha disgustado a unos mercados que ya estaban “tocados” por Rusia, la recaída de Italia y el BES. En concreto, las bolsas europeas han finalizado la jornada del jueves con pérdidas del 1,10% de media. Y el Ibex 35 ha caído un 1,64%, hasta los 10.078,6 puntos, encadenando ya seis jornadas “en rojo”.
Técnicamente, José María Rodríguez, analista de Bolsamanía, destaca que no observa ninguna zona de soporte en el corto plazo para el selectivo hasta los 9.443 puntos (corrección del 6,30% adicional). Hueco alcista que el índice se dejará el pasado 19 de diciembre y que “no se ha llegado a rellenar ni siquiera parcialmente”. Con todo, reconoce que existen “zonas de control” en los 9.985-10.000 puntos y en los 9.700. Asimismo, añade que la posibilidad de que asistamos a un rebote, en el típico movimiento en pull back, hasta los 10.420-10.425 sigue vigente.