Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG, considera existe excesiva benevolencia respecto a la banca española. “Moody´s habla de una dependencia que es real, pero que se ha venido produciendo a la baja. Cada vez es menor el número de peticiones de financiación que los bancos españoles contraen con el BCE. Dentro del eurosistema la banca española sigue siendo la más dependiente, pero la tendencia se frena. Si la banca se hubiese saneado, eso sí, en el año 2009, la situación sería muy diferente. Ahora queda por ver hasta qué punto funciona la Sareb”.


¿Cuál es la situación macroeconómica de Reino Unido tras una negativa tasa de paro y rumores de rebaja de ráting?
“Lo que sucede es que UK está abriendo un gap más importante respecto al ritmo de crecimiento que traía respecto a los países de la periferia. Se encuentra ya en la tercera recesión, frente a España o Italia que se encuentran en la segunda.

También podemos ver la repercusión de los Juegos Olímpicos de Londres. Además, esto lo tenemos que relacionar con el nivel bajo de la libra esterlina y con la política del Banco de Inglaterra, que mantiene el programa de compras por valor de 375.000 millones de libras. Veremos el cambio de gobernador lo que supone. Ahora mismo el Banco de Inglaterra es uno de los más observados del mundo porque podría hacer su política, según parece, aún más laxa todavía”.

¿Cuál será la repercusión para las participadas de Bankia, sobre todo para Iberdrola?
“Es algo que debería estar relativamente descontado, aunque es verdad que tiene un plazo dilatado para hacerlo. Si Bankia tiene la capacidad de conseguir fondos por sí misma, es obvio que lo va a hacer.

Iberdrola tiene músculo suficiente para afrontar la desinversión sin problemas y debido a la importancia del dividendo podría ser la última cotizada en la que Bankia desinvierta. Respecto a Mapfre e Indra, con menos free float que Iberdrola, podríamos tener un efecto más importante; y luego las cotizadas del mercado continuo, como Metrovacesa, con una volatilidad muy elevada que podría diluir el efecto de la desinversión”.

¿Existe realmente una guerra de divisas?
“Esa palabra tiene una connotación más agresiva, mientras que nos encontramos ante un movimiento más defensivo. Las economías han entendido que la manera de crecer ahora es vía exportaciones. En el momento en el que varios bancos centrales juegan a depreciar sus divisas, perjudican a otros y estos se ven obligados a hacer lo mismo.

Creo que la política va a continuar tal y como está. Las cumbres del G-7 y G-20 no han amenazado con nada y son el BoJ, la FED y el Banco de Suiza las más ‘agresivas’ en este momento. Pero, no obstante, (la devaluación del yen) perjudica a Japón dado su carácter de moneda refugio. A pesar de la caída, hay que tener en cuenta que, en términos históricos, el yen sigue estando bastante elevado.

Como recomendación de la jornada es el par dólar americano/dólar canadiense”.