“Estados Unidos tiene un déficit anual con Japón de 60 billones de dólares. La mayor parte de este déficit proviene de los automóviles y de las piezas de éstos. El PIB de EEUU mejoraría si se importase menos y se produjera más” explica LaVorgna
, economista jefe para Estados Unidos de Deutsche Bank.

“Las exportaciones a Japón son solo de un 5%". Joe añade: "este número tendría que ser mucho mayor para que los acontecimientos en Japón tuvieran un efecto sustancial en la economía estadounidense.

El economista considera que “en el próximo mes la destrucción a lo largo y ancho del país va a impedir el crecimiento económico de Japón. El cese de actividad, el colapso en la producción y las dudas acerca de la lluvia radioactiva van a imposibilitar entrar en las áreas de reconstrucción. Una vez este problema sea resuelto, comenzará el crecimiento”.

LaVorgna cree que "a corto plazo el PIB podría caer, pero a largo plazo los efectos serán más moderados".