La última semana hemos tenido una relación importante para el cruce. Llegó de niveles mínimos en 1,095 conseguidos la semana pasada a los valores conseguidos a principios de esta semana en 1,1230. La reversión en sí misma ha sido de relevancia, principalmente porque si miramos en el siguiente gráfico en el marco temporal, podemos ver que por varias semanas el mercado se estuvo apoyando en la zona del 1,095 actuando como una clara zona de soporte al proceso de ajuste que tuvo el euro frente al dólar.

Esa zona justamente del 1,095 es una zona de importancia. Ahí el mercado recortaba el 61,8% de Fibonacci de todo el trayecto de subida desarrollado justamente al comienzo del mes de diciembre al mes de mayo. Lo visto la semana pasada alienta la posibilidad que en esas instancias de mínimos hayamos visto una zona de suelo y que el euro intente nuevamente desde esos niveles retomar la senda alcista.

Si observamos el gráfico de corto plazo, podemos claramente ver que los precios actualmente pelean en torno a la zona de 1,1250 o 1,1280, con una zona de resistencia importante que está justamente en una línea de tendencia que une los máximos de mayo y los máximos de recuperación previos al referéndum del Brexit.

Ahora el euro necesita superar esa zona de resistencia que está dada en el 1,1250 o 1,1260 para poder liberar un movimiento de alza mayor que está justamente ubicado en torno a niveles de 1,1350 o 1,1450. Toda esa zona que va entre 1,1350 y 1,1450 actúa como contención para el euro. Ha sido filtrada en el mes de agosto y también ocurrió lo mismo en el mes de mayo.

Sin embargo, a lo largo del último año operativo podemos observar que cada vez que el cruce alcanzó el 1,1350 o 1,1450 siempre ha encontrado vendedores. Es el principal escollo que el euro necesita superar para eventualmente pensar en movimientos de alza más importantes hacia las próximas semanas o meses.