Una tendencia que una vez más no fue aprovechada por los inversores pequeños por término medio, sino sólo por las manos fuertes...
 
Hoy publica Bespoke un estudio muy claro al respecto.
 
Si nos fijamos en el indicador que elabora la Asociación Americana de Inversores individuales que ellos llaman bullish sentiment, es decir, una media de 50 semanas del sentimiento alcista, nos encontramos con lo siguiente:
 
Se tiene el mismo sentimiento alcista entre los pequeños inversores ahora que está el S&P 500 en 1.800 que cuando estaba en 1,200. No se ha movido. De hecho entre el 1.200 y el 1.600 el sentimiento del particular alcista fue descendiendo de forma brusca. Está claro que el inversor medio perdió todo el gran tramo de subida, sino es que no perdió mucho más poniéndose corto contra la gran tendencia.
 
En el entorno de 1,600 empieza a haber más optimismo pero para ser exactos está el indicador alrededor de 38, cuando estaba en la cúspide del 2000 en 53, y en el 2007 en 45.
 
Es evidente que cuando este sentimiento pase a claramente alcista la subida habrá terminado, por indicación de sentimiento contrario.
 
De momento, como dice Bespoke, parece que las heridas causadas en el brutal desplome del 2008 puede llevar mucho tiempo restaurarlas. Pero los que no paran son las manos fuertes.
 
Si hay algo atractivo ahora con estas volatilidades tan ridículas, y esa especie de sensación Disney que tienen las bolsas, a pesar de lo complicada que sigue siendo la situación macro, y las enormes deudas asumidas por los bancos centrales, sería... comprar volatilidad. Está tan baja, que por pequeño que sea el repunte se puede ganar bastante dinero.
Tarde o temprano el mercado se preocupará por la rebaja de compras de la FED, o por cualquier otro asunto, siempre aparece algo.
 
Y en esa línea las manos fuertes se mueven. Hoy en todas las crónicas se hablaba de la fuerte operación que se llevó a cabo con opciones del indicador de volatilidad VIX en EEUU. 

VIX

 
Ayer se negociaron en la primera hora de trading más de 350.000 call del Vix.
 
La que más me ha llamado la atención fue un call spread.
 
El call spread que llevó a cabo esta mano fuerte, fue comprar opciones call y venderlas a la vez en el mismo vencimiento. Las que vendió más alejadas del dinero y las que compró más cercanas.
 
Con ello quedó con una posición neta compradora, con riesgo limitado a lo pagado (10 millones de dólares), y beneficio máximo si el VIX llega a alrededor de 28 en febrero que es cuando vencen.
 
El call spread se construyó de tal manera que el inversor necesita que al vencimiento en febrero la volatilidad llegue al menos a 21. Ahora está a poco más de 13.
 
Este tipo de estrategias no son ninguna insensatez, no estamos en ningún mundo Disney precisamente ahora.
En fin, que de momento a vigilar resistencias.
 
¿Y cuándo se romperá? ¿O no se va a romper?  hay que ser muy cuidadoso en no formarse una opinión dejándonos llevar por nuestros sesgos psicológicos. Lo ideal es informarse a fondo. Leer personas a favor y en contra y quedarse con lo bueno de cada opción. Pero no es eso lo que nuestra mente humana suele hacer. Más bien caemos en lo que se llama : el sesgo psicológico de la confirmación.

Según Mikael Mangot, en su libro "50 petites experiences en psychologie" páginas de 17 y siguientes, comenta que este sesgo se da cuando las personas buscamos expresamente y de forma excluyente las informaciones que confirman nuestras opiniones evitando escrupulosamente cualquiera que sea diferente.

Por ejemplo, cuando compramos un coche tendemos a fijarnos mucho menos en los anuncios de modelos de coche que hagan la competencia al nuestro para no tener que cuestionarnos la decisión tomada.

En general es una tendencia humana a evitar los momentos de duda.

Una buena muestra de cómo a poco con esta forma de proceder nuestra mente humana llega a desvirtuar la realidad y nos lleva a tomar decisiones de inversión equivocadas, es la que cuenta Mangot en su libro a continuación.

Goetzmann y Peles en 1997 demostraron como dos grupos diferentes de inversores tendían siempre a sobrevalorar la rentabilidad absoluta de los fondos en los que invertían y también la rentabilidad relativa comparada con el mercado.

El primer grupo lo formaron con arquitectos, y el segundo con miembros de la AAII, es decir de la asociación americana de inversores individuales, que evidentemente de media están mucho mejor informados de temas financieros.

Pues bien:

1- Los arquitectos sobreponderaron en su mente un 6,22 % de media la rentabilidad que obtenían sus fondos. Ya ven que la cifra es muy elevada. Mientras tanto la rentabilidad relativa del fondo respecto al mercado estaba sobrevalorada en el 4,62%.

2- Los miembros de la AAII, más expertos, sobrevaloraban las rentabilidades de sus fondos en el 3,4 % y la rentabilidad en el 5,11 %.

Cuanto más experta era la persona, como eran los miembros de la AAII, se producía otro fenómeno curioso. Mientras que los arquitectos eran optimistas impenitentes respecto a sus fondos, como ya hemos visto a base de crearse una imagen falsa por el sesgo de confirmación, los miembros de AAII además de eso, minusvaloraban de forma significativa lo que ganaba el mercado.

Como vemos nadie se libra del sesgo de confirmación. Por naturaleza humana nos puede costar mucho cambiar de opinión evitando los argumentos que podrían ser razonables que podrían ir contra nuestra opinión. En estos momentos de mercado violento los empecinamientos pueden resultar fatales. Por eso intentemos ir con mente abierta, e intentando recalibrar nuestra opinión según las circunstancias. Personalmente he sufrido y mucho de este sesgo, y no sólo en bolsa sino en cosas de la vida, como eso de los coches que contaba antes. Es algo innato a nuestra naturaleza humana, y debemos ser conscientes de ello.