Y lo curioso es que la sabiduría popular ya nos advierte de que los mercados funcionan con su propia lógica. Se suele decir, por ejemplo, que el mejor momento para invertir en bolsa es cuando la mayoría está vendiendo. Sí. Lo es. Pero la mayoría, aunque conoce este principio, no lo respeta. La bolsa, como se suele decir, hace todo lo posible para que pierda la mayoría de participantes. Y lo suele conseguir.
Sí. En el pasado ha habido momentos en los que mucha gente ha ganado mucho dinero en bolsa (la época de los puntocom es la primera que viene a la mente). Pero muchos se olvidan de decir que lo que ganaron durante ese periodo la bolsa lo recuperó (y con creces) cuando explotó la burbuja, cogiendo a la mayoría con el pie cambiado.

Con esto quiero decir que lo más probable es que el mercado intente sorprenderle; forma parte de su naturaleza. Pero, esto tiene implicaciones interesantes en términos de psicotrading. La más importante, a mi modo de ver, es que si uno no quiere verse sorprendido por el mercado, lo mejor es n o esperar nada de él. Uno no puede verse sorprendido si admite que no sabe lo que va hacer el mercado. El mercado sólo puede sorprender a aquellos que en su mente han establecido una pauta de comportamiento para el mercado. Muchas veces se oye reflexiones del estilo: si el precio toca esta resistencia rebotará. Si fuera tan fácil, todo el mundo ganaría dinero en bolsa. Las cosas, desgraciadamente o afortunadamente, no son tan fáciles.

La mayoría de los traders de éxito admiten que ganan dinero no prediciendo lo que va hacer el mercado sino ejecutando a rajatabla su plan de trading. No intentan adivinar por dónde irán los precios. Incluso, parten del principio que no saben lo que hará el mercado. Y hasta cierto punto les da igual.

Otra consecuencia a nivel de psicotrading es que cuanto más seguro está uno de lo que va hacer el mercado, más probabilidades tiene de equivocarse y de fracasar. Evidentemente algunas veces esa “intuición” saldrá bien y nos sentiremos como los amos del mundo de las finanzas; pensaremos que hemos encontrado el santo grial y que nos haremos ricos en poco tiempo. Y es ahí cuando el mercado nos espera con su mazo. Esperará a que tengamos una fe ciega en nuestra intuición para sorprendernos y quitarnos de golpe todo lo ganado.

Por eso es esencial estar preparado para cualquier eventualidad. Y aunque es importante que uno no se sorprenda de que el mercado pueda sorprendernos, lo mejor es que éste no nos coja por sorpresa.