Aunque la sostenibilidad tiene muchos años,  la pandemia ha ayudado acelerar tendencias o procesos en muchos sectores ligados a la misma. Un desarrollo en el que Europa ha jugado un papel fundamental en la última década. Francisco Rodríguez d`Achille, codirector de desarrollo de negocio para el Sur de Europa y Latinoamérica de Lonvia Capital asegura que a finales de 2019 “esta región concentraba el 67% de los fondos ESG lanzados en el mundo, que es casi la mitad de los activos de inversión sostenible que había entonces, según un estudio de Bank of America”. Y eso, contando que son datos prepandemia. “El 64% de las compañías triple A tiene sede en Europa con lo que si algo positivo ha tenido la pandemia ha sido potenciar estos criterios ligados a la sostenibilidad, más ligada a la eficiencia operativa tan necesaria en momentos como los actuales”. 

De hecho, son esas compañías que han sabido reaccionar de forma sostenible a esta crisis las que han salido reforzadas. “La pandemia ha tenido mucho impacto en la cadena de producción de las empresas y cómo éstas han llevado a cabo los mecanismos para seguir trabajando y aquellas que  han estado preparadas y que han puesto por delante de todo a sus trabajadores y clientes han salido reforzadas, lo que ha derivado en mejora de rentabilidad y calificación de estas compañías”, admite Elena Guanter Ros, directora general para España de Candriam. 

Y ¿si miramos a futuro? Argumentos a favor de la tendencia hay muchos y uno de los principales es el gap que existe entre inversión prevista e inversión realizada. Ana Rosa Castro, Sales director de Nordea AM reconoce que “según los ODS de la ONU hay una falta de inversión en el tema social.  Se marcaron un objetivo se invertir entre 5-7 billones para conseguir alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible hasta 2030 y la inversión actual está siendo bastante inferior, en torno a 3 billones Hay una brecha y una oportunidad porque eso hace que estas empresas se puedan ver más favorecidas ante la necesidad de una inversión más fuerte”. 
Una tendencia que no sólo tiene a favor la inversión sino una mayor concienciación por el tema social. El tema climático es un problema pero también lo son la sanidad, educación o justicia social. 

Tres ideas de inversión de impacto social: 

Elena Guanter (Candriam): “La inversión con impacto social es invertir con un fin, con un objetivo que además de aportar rentabilidad aportará un beneficio para la sociedad del que todos nos beneficiaremos”. 

Francisco Rodríguez d`Achille (Lonvia Capital) : “Hay que buscar gestores que consideren la sostenibilidad como un estilo de vida, no sólo implantar estos criterios en el fondo porque lo exige el mercado sino que este todo el equipo detrás involucrado netamente en una sostenibilidad real y pragmática”. 

Ana Rosa Castro (Nordea AM) : “Invertir marcando una diferencia: obteniendo rentablidad financiera pero a su vez un bienestar social que todos demandamos”.