El inmobiliario sigue siendo un mercado que está en un momento apasionante, al ser una palanca clave de la recuperación que está por venir. Pero el inmobiliario de antes de la pandemia no es el mismo que el de ahora. Y es que el coronavirus ha tenido como consecuencia importantes cambios en el día a día. Uno de esos grandes cambios ha sido el avance en materia de digitalización al que muchos sectores se han visto abocados, incluido el inmobiliario.
"La digitalización ha transformando el sector inmobiliario en los aspectos del teletrabajo, el ecommerce, etc., y estos activos de oficinas y centros comerciales deben traer de vuelta a los usuarios a sus activos, y para ello tienen que ofrecer algo más que cuatro paredes: una experiencia de valor y segura para que se vuelva a la oficina o centro comercial, y eso se hace a través de la tecnología, ofreciendo una nueva experiencia, interés e incentivo", explica Adrià Bernal, Responsable de Estrategia y Desarrollo Corporativo de CBRE España, primera consultora inmobiliaria en España, y que ofrece servicios y soluciones de Real Estate para inversores, propietarios e inquilinos.
Y en este contexto surge el término "PropTech", una combinación de las dos palabras en inglés Property y Technology y que se usa para designar aquellas empresas, que se dedican a la innovación aplicada al sector inmobiliario.
Un ejemplo de ello es Urbanitae, una plataforma online de financiación participativa que permite que cualquiera invierta en el sector inmobiliario sin los papeleos y gestiones que lo hacen tan complejo, y lo hacen usando la tecnología. "La digitalización en nuestro caso es clara. Lo que permite es que, en lugar de 2 ó 3 conocidos, nos juntemos con 2.000 o 3.000 desconocidos, que se convierten en pequeños inversores, para que entre todos tengamos suficiente capital para competir contra los grandes fondos de inversión, algo que sin la digitalización sería totalmente impensable", cuenta Diego Bestard, Vicepresidente de la AEFI y CEO de Urbanitae.
Y en este entorno, un componente que ya se ha hecho clave en este siglo XXI y que también ha llegado al Real State es el del blockchain. "Aunque hay varias cosas que se pueden hacer usando blokchain, en temas de seguridad, identidad, trazabilidad, etc., donde más valor aporta blockchain es en la tokenización, un proceso que nace donde termina de alguna manera el crowdfunding: podemos digitalizar las fracciones de inversiones convirtiéndolas en tokens, que es la representación digital de un derecho. ¿Por qué digitalizar esos valores? Porque emitir esos tokens supone que gracias a esas características de blockchain, cada inversor va a tener en su wallet sus tokens, con las múltiples ventajas que eso supone, principalmente el aporte de una importante liquidez", detalla José García Caballero, Fundador & CEO de RealFund, una compañía española que posibilita la tokenización de activos vinculados a propiedades inmobiliarias.
Por su parte, BaboonLab es una empresa especializada en el marketing inmobiliario e interactivo, que trabaja con nuevas tecnologías como la realidad virtual, aumentada, BIM, etc., con el fin de mejorar el proceso de venta de las empresas del sector inmobiliario. Y el negocio funciona, aunque son sus pequeñas trabas, entre ellas la de la regulación. "La regulación va más lenta que la realidad. Sobre todo a nosotros nos puede afectar más en cuanto a las licencias de suelo que puede llegar a dar el ayuntamientos en España, en principio para evitar esa sobre construcción de hace unos años. Tenemos problemas porque el volumen de venta de viviendas se quejan en cuanto a que es bajo, de ahí la subida de precios", señala Jorge Ibáñez Casao, Director de Operaciones de BaboonLab.