El 2022 ha sido un año muy ajetreado en los mercados y, como era de esperar, también en el sector inmobiliario, un sector que está muy unido a la evolución macroeconómica del país. A lo largo del año, los tipos de interés subieron rápidamente hasta cifras que nadie hubiera podido imaginar al comienzo del ejercicio y el euríbor terminó el año superando el 3%, en lo que fue la mayor subida de su historia.
En febrero, los mercados comenzaron a interiorizar la idea de que los bancos centrales serían duros en sus políticas monetarias y la retirada de estímulos junto a la subida de los tipos de interés por las presiones inflacionistas confirmaron sus peores sospechas.
Como consecuencia, el índice hipotecario comenzó a subir de manera histórica, debido a que las actualizaciones de los préstamos variables se realizan sobre valores mínimos en torno al -0,5%.
En vista de su evolución, los expertos prevén que el euríbor siga subiendo y podría llegar a alcanzar el 4%. Por tanto, ante la pregunta ¿el 2023 es un buen año para hipotecarse? La única respuesta posible hasta el momento es que no, hipotecarse saldrá aún más caro en este nuevo ejercicio económico. Aunque, si bien es cierto, se estima que a lo largo del ciclo, la situación se estabilice y las cifras se mantengan en el medio-largo plazo.
Una vez teniendo en cuenta este hecho, la siguiente pregunta que se plantea es... ¿es mejor una hipoteca fija, variable o mixta? Pues según los augurios que se mueven por el mercado inmobiliario, es más probable que las hipotecas fijas sigan encareciéndose, aunque a menor ritmo de lo que lo han hecho hasta ahora. Sin embargo, las hipotecas variables serán más atractivas para el comprador, ya que su objetivo será intentar compensar las subidas del índice para ser una opción más competitiva. Por último, las hipotecas mixtas serán la opción por la que apostarán numerosos compradores, en un intento de conseguir las ventajas que las otras dos opciones pueden ofrecer y evitar aquellos aspectos que pueden resultar menos atractivos.
Estas son las hipotecas que ofrecen los bancos actualmente
Partiendo de que actualmente cualquier préstamo está por encima del 3% TAE, entre los más baratos encontramos Evo Banco e Imagin a 25 años al 3,13% TAE y el 3,17% TAE, respectivamente.
Por su parte, CaixaBank digital exige tan solo domiciliar la nómina y Openbank ofrece el 3,24% TAE hasta 15 años, con la posibilidad de reducir el interés un 0,10% si se financian más de 150.000 euros. Además de la nómina y seguros, requiere plan de pensiones, uso de tarjetas y contratar los servicios de energía con Repsol.
Asimismo, Coinc ofrece un 3,52% a 10 años sin productos adicionales e Ibercaja comercializa el 3,70% TAE a 25 años con bastantes condiciones.
En cuanto a los grandes grupos bancarios, BBVA ha subido el tipo fijo bonificado al 3,73% TAE a 15 años; CaixaBank lo ha hecho hasta el 4,749% TAE al mismo plazo; MyInvestor lo ha elevado al 3,91% TAE a 30 años sin vinculación. En Bankinter, los intereses fijos superan ligeramente el 4%. Banco Sabadell anuncia un 4,40% TAE y Santander, un 4,49% TAE. En Abanca, la hipoteca fija alcanza el 5,88% TAE y en Triodos Bank el TAE roza el 6% para viviendas con certificado energético G.
En lo que a hipotecas variables se refiere, Evo Banco y Unicaja se posicionan con un interés inicial del 0,99% el primer año, eso sí, con la obligación de domiciliar una nómina que, en el caso de Unicaja, debe ser de al menos .500 euros netos al mes. Kutxabank ofrece el 0,53%, aunque si bien es cierto, parte del 2,15% y la nómina debe ser de al menos 3.000 euros. ING ofrece un 0,59% a partir del segundo año; BBVA propone un diferencial del 0,60% TAE tras un 1,49% el primer año.