“Las valoraciones pueden parecer razonablemente caras, pero el contexto macro sigue apoyando estar en bolsa”, resume, aludiendo a un telón de fondo donde políticas fiscales y monetarias continúan actuando como soporte y los beneficios empresariales mantienen una trayectoria saludable a escala global.
La fotografía de 2025 en Europa, admite, ha sido peculiar. Tras un arranque sólido, el mercado perdió fuelle relativo frente a Estados Unidos. ¿El motivo? “La fortaleza del euro ha penalizado a los exportadores y ha explicado buena parte del peor comportamiento relativo frente a EE. UU.”. Ese viento de cara, sumado a la incertidumbre arancelaria que “ha dejado en pausa decisiones de inversión” en algunos nombres globales, ha empujado a los inversores hacia la llamada “Europa doméstica”: bancos, industriales y, dentro de ellos, aeroespacial y defensa. “Este ha sido el año de la Europa doméstica”.
Mirando hacia 2026, Francesco ve una normalización gradual. “Probablemente ya hemos visto lo peor de la devaluación del dólar; si esa presión remite y baja la incertidumbre arancelaria, el rendimiento debería ampliarse hacia los exportadores”. Ese giro encajaría con otro vector que observa con atención: “Europa es el único gran mercado que no ha visto realmente ninguna mejora de múltiplos en los últimos 12 meses”. Un cambio en el tono del ciclo y el impulso fiscal en Alemania pueden actuar como catalizadores de beneficios y, por extensión, de una mejora de valoración. Incluso en aquellos segmentos más castigados en 2025, como el consumo discrecional, Sedati detecta señales de base: “Empezamos a ver estabilización en los hábitos de consumo; eso debería respaldar la recuperación de varios nombres”.
Esta visión se plasma a la perfección en la cartera del fondo. “Aproximadamente el 70 % del riesgo y del alfa viene de la selección de valores; el 30 % restante está ligado a factores”, explica. La lista —en torno a 80 posiciones— busca de verdad el equilibrio entre estilos: “Queremos una lista muy diversificada de acciones, con ideas de valor y de crecimiento. El fondo debería ser capaz de rendir en cualquier mercado”.
El proceso está diseñado para ser consistente y repetible. “Combinamos due diligence fundamental, un screening cuantitativo para detectar rotaciones y riesgo. El resultado es un producto core que rinde de manera razonablemente estable y predecible”. A todo ello se superpone un marco ESG estructural propio de un fondo Artículo 8. La “G” ocupa un lugar central: “La buena gestión y gobernanza son clave para garantizar buenos rendimientos”.
En el repaso de aciertos, la banca ha sido un aliado. “La banca ha sido un gran impulsor de la rentabilidad durante varios años: capitalización alta, valoraciones atractivas y fuerte mejora de beneficios por tipos, eficiencia y bajo coste del riesgo.” Tras la subida reciente, nos cuenta, “hemos tomado parte de las ganancias.”
Más allá del stock picking, la tesis Europa tiene, para Sedati, un encaje estratégico en carteras globales sobrecargadas de tecnología estadounidense, gran parte ligada al tirón de la inteligencia artificial. “Europa actúa como parte descorrelacionada en carteras con 60–65 % en EE. UU. —gran parte en tecnología ligada a IA—.
La conclusión que saqué de la entrevista fue que, “Europa equilibra la cartera global hoy y tiene potencial de mejora (…), con beneficios al alza y múltiplos con recorrido.” Mientras tanto, disciplina: selección paciente, control de riesgos y una gobernanza exigente que proteja al minoritario. O, como lo resume Francesco, “rendir en cualquier mercado. Sin excusas.”

