El sistema nacional de pagos español tramitó 2.209 millones de transacciones en 2020, por un valor de 1,91 billones, medio billón más que el PIB hispano, a razón de 8,6 millones operaciones al día y 25 millones de transacciones en jornadas de máxima intensidad. Credenciales de elevada nota con la que el mercado hispano afronta el arranque del euro digital, en julio pasado, con el que el BCE ha inaugurado las emisiones de dinero virtual; en cohabitación pacífica con monedas y billetes físicos. Un paso previo al declarado objetivo de que este método de pago sea operativo desde 2026. Sin descartar que puede ponerse en liza antes de esta fecha. La fórmula elegida es la que sondean otros bancos centrales. Un monedero virtual desde el que se podrán acometer transacciones monetarias junto a otras modalidades de pago con dinero físico. Las autoridades monetarias de la zona del euro llevan en este diseño conceptual y metodológico años, pero han acelerado su prototipo y los proyectos piloto desde la llegada del Covid-19 y la propagación del e-commerce. Con vectores identitarios propios. En materia de regulación. Y con un ideario claro de que el euro digital tendrá todas las garantías de seguridad de la que carecen las criptodivisas, la simplificación de las transferencias y, por supuesto, mecanismos de rastreo que añadirá más dificultades a los procesos de blanqueo de capitales y evasión de impuestos y, por tanto, velará por legalizar los espacios de economía sumergida que persisten en sus socios. Aunque, aclaran en el organismo regulador, no se trata de una nueva moneda ni de dinero bancario. Y elevará el uso online de los pagos, que ya repuntó en un 45% en los nueve meses de pandemia de 2020 en toda la UE y con previsiones de crecimiento de dos dígitos de las transacciones con móviles a lo largo de este ejercicio, según la firma de investigación Growth from Knowledge (GfK).   

El Eurosistema se ha dotado de 24 meses de investigación para desarrollar el proyecto del euro digital, avanzó el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, y corroboró la propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, en el ecuador del verano. “Nuestro trabajo trata de garantizar que, en la era digital, los ciudadanos y las empresas sigan teniendo acceso a la forma de dinero más segura, el dinero de banco central”. Fase en la que se atenderán las necesidades manifestadas por sondeos entre ciudadanos europeos, los instrumentos que debe incorporar para impedir actos ilícitos y evitar impactos no deseados sobre la estabilidad financiera y la política monetaria. Y periodo en el que el Eurosistema arrojará luz sobre las modificaciones del marco legislativo de la UE que pudieran ser precisas y que se analizarán con los colegisladores europeos. En concreto, con los eurodiputados y la Comisión Europea. Además de identificar opciones de diseño que permitan preservar la privacidad y eludir riesgos a los ciudadanos, a los intermediarios y al conjunto de la economía del euro. Para lo que se definirá un modelo de negocio a intermediarios supervisados en el ecosistema del euro digital que se encargará a un foro consultivo de mercado que tomará en consideración las opiniones de usuarios y distribuidores y que también analizará el Consejo de Pagos Minoristas en Euros. A partir de los trabajos experimentales desarrollado por el BCE y los bancos centrales nacionales de la zona del euro en los últimos doce meses, en el que han participado expertos del mundo académico y del sector privado. En, hasta ahora, cuatro ámbitos siguientes: el registro del euro digital; la privacidad y la prevención del blanqueo de capitales; los límites a la circulación de un euro digital; el acceso de los usuarios finales cuando no estén conectados a internet, y el fomento de la inclusión con dispositivos adecuados. Sin que se hayan detectado obstáculos técnicos importantes sobre el diseño sometido a examen.

En este sentido, desde Fráncfort se dice que tanto el servicio de liquidación de pagos inmediatos de TARGET (TIPS, por sus siglas en inglés) que ofrece el Eurosistema, como otras alternativas, como la tecnología blockchain, fueron capaces de procesar más de 40.000 transacciones por segundo. “Las pruebas también sugirieron que es posible diseñar arquitecturas que combinen elementos centralizados y descentralizados”, precisa el comunicado oficial. En el que, además, se estipula que la infraestructura central de euro digital sería respetuosa con el medio ambiente: “en las arquitecturas que hemos probado, la electricidad consumida para efectuar decenas de miles de transacciones por segundo es insignificante inferior en comparación con el consumo de energía de cripto-activos como el bitcóin”. Un asunto nada baladí, porque está detrás de la iniciativa oficial de la Administración Biden, junto a Pekín y Europa, para actuar contra las cripto divisas. Frente a la alineación en contra de la Rusia de Vladimir Putin. 

Una red lista para el uso virtual del euro

En un parecido nivel evolutivo se encuentra el sistema nacional de pagos en España. Iberpay, la empresa estatal que administra la arquitectura transaccional también emitió un informe oficial a finales de junio en el que asegura “haber finalizado con éxito las pruebas de preparación sectorial ante el posible lanzamiento futuro del euro digital”. En alusión a su proyecto Smart Money de preparación al sector bancario ante la emisión de un euro digital por parte del BCE o de un dinero digital bancario. Prueba que se inició en noviembre de 2020 y que ha contado con la participación de los 16 principales bancos españoles y del Banco de España como observador. De modo específico, se han probado diferentes diseños de dinero digital analizados por el BCE en su informe, como son, entre otros: los modelos basados en apuntes en cuenta y en tokens, tecnologías DLT distribuidas y centralizadas, los pagos online y la posibilidad de realizar pagos  offline cuando no se dispone de conexión a internet, el establecimiento de límites a la tenencia y uso de los euros digitales y cuestiones tan importantes como su grado de anonimato o su posible programabilidad mediante el uso de smart contracts. Bajo la coordinación del Grupo de Smart Money & Payments, integrado por expertos de los bancos del área de pagos, innovación, blockchain, public policy y legal y que han proporcionado “un enfoque multidisciplinar, sectorial y colaborativo a la iniciativa”. Entre los resultados, Iberpay cita la fase de pruebas técnicas y prácticas de posibles diseños del euro digital en la Red-i (red blockchain interbancaria gestionada por la firma estatal, en funcionamiento desde 2019 y utilizada en otras iniciativas de innovación), que confirman la viabilidad de un modelo de distribución sectorial del euro digital, habiéndose extraído numerosas y enriquecedoras conclusiones, entre las que destacan las siguientes:

  • Un modelo de infraestructura de doble capa, donde el BCE emita euros digitales y el sector financiero los distribuya a través de infraestructuras del mercado financiero hasta los usuarios finales, preferible frente a un modelo centralizado -expresan en Iberpay- por aprovechar los canales de distribución y servicios bancarios actuales, y porque facilitaría un rápido despliegue y uso del euro digital y permitiría una mejor gestión de los riesgos relacionados con la Prevención de Blanqueo de Capitales y Financiación del Terrorismo. Además del conocimiento del cliente y la experiencia del sector financiero.
  • Es viable la convivencia en una misma infraestructura de un modelo de euro digital basado en apuntes en cuenta (que se acercaría más al dinero bancario actual) con otro basado en tokens (representación digital del euro que se acercaría más a la del dinero en efectivo). No obstante, conviene destacar que el modelo basado en tokens conllevaría ciertos riesgos intrínsecos a su naturaleza, al gestionar directamente el usuario final los euros digitales en un wallet digital en su dispositivo móvil, de forma análoga al efectivo en una cartera física.
  • Los pagos offline permitirían usar el euro digital sin conexión a internet y presentan enormes oportunidades, aunque se requiera seguir profundizando en soluciones para resolver ciertas barreras para su aplicación, como son la normalización a nivel europeo de los códigos QR o ciertas restricciones para el uso de NFC.
  • Se ha probado y confirmado la viabilidad de aplicar límites a la tenencia y al uso del euro digital, tanto en pagos online como en pagos offline. Adicionalmente, se han testado mecanismos para gestionar automáticamente los excesos de saldo en un wallet digital; sin interrumpir la recepción de pagos cuando se supere el límite máximo establecido.

Una infraestructura del mercado financiero, como la de Iberpay, ya regulada y supervisada para funciones similares como son la distribución del efectivo y la gestión del sistema nacional de pagos, “podría facilitar la plataforma necesaria para la distribución mayorista del euro digital”, aprovechando sus actuales conexiones con las plataformas del BCE y su singular capacidad para realizar liquidaciones en dinero de banco central. Las pruebas -explican desde la firma- “se han realizado sobre una red seudónima permisionada, en la que el detalle de las transacciones de los usuarios finales tan solo sería conocido por su entidad financiera, accediendo Iberpay y el supervisor a información general de la transacción, sin datos de carácter personal”. Si bien se estima necesario profundizar en el estudio de técnicas que fortalezcan la anonimización de los datos inmutables en la red blockchain; con vistas a cumplir con la estricta legislación vigente en protección de datos.

Para los expertos de Iberpay, “incorporar la programabilidad al euro digital abriría la puerta a importantes innovaciones financieras y nuevos modelos de negocio para empresas y entidades financieras, acelerando el proceso de digitalización de la economía y de la sociedad”.

Algo que preocupa a las entidades financieras españolas y del todo el mundo ante el desembarco de bigtechs en uno de sus negocios por excelencia. Al ofrecer líneas de financiación a sus miles de millones de usuarios. La mayor parte de ellos, jóvenes. En un ciclo económico post-Covid que será eminentemente digital. Y en cuyo preámbulo, durante el largo año de la Gran Pandemia, las compañías tecnológicas han sido las que más han revalorizado su capitalización bursátil y las que destruyen menos empleo. Startups como Figma, Notion o Canva, que gestionan carteras de varios cientos de millones de dólares, son varios de los botones de muestra de firmas de inversión que virado sus fondos hacia valores digitales. 

Aunque en el punto de mira de las autoridades de Competencia, sobre todo las europeas, están corporaciones como Facebook, Amazon o Google, a las que Bruselas ha enviado una apelación contundente sobre la necesidad de “fortalecer la regulación” de sus actividades, ante la “vasta de acumulación de datos que albergan”. Como sus homólogos en EEUU. Pero también ante unas iniciativas monetarias que, como en el caso de Facebook, han llegado a desarrollar sus propios prototipos de divisa -la Libra, reconvertida al nombre de Diem- porque “una significativa porción de la población usa monedas alternativas a las del circuito oficial de los bancos centrales”, tal y como reconoció su presidente, Mark Zuckerberg. Hasta el momento, Google solo tiene licencia para ser entidad de pago electrónico. Al igual que Amazon, desde 2017 en España. 

Cuatro entidades bancarias que cotizan en el mercado de valores español explican sus planes en pagos digitales

CaixaBank

Desde Caixabank recuerdan que la digitalización “es clave en el modelo de negocio” del banco, recién fusionado, que cuenta con la mayor base de clientes digitales de España: 10 millones. La tecnología y la digitalización -afirman fuentes de CaixaBank- “han ofrecido al sector nuevas oportunidades para relacionarse con los clientes”, por lo que “vemos este proceso como una gran oportunidad”, al mismo tiempo que “un reto”. 

Durante los meses marcados por la pandemia del Covid-19, para facilitar la gestión financiera a los clientes y garantizarles que puedan seguir operando con toda comodidad, “han contado con el mejor servicio de banca online, CaixaBankNow, que permite realizar la práctica totalidad de la operativa sin la necesidad de tener que desplazarse a las oficinas”. Además, “también hemos transformado Imagin, el banco Only Mobile, en una plataforma digital dedicada a la creación de servicios financieros y no financieros para jóvenes.

En la institución bancaria auguran que “continuaremos avanzando para ofrecer los mejores servicios a nuestros clientes, ya que la digitalización siempre ha sido una prioridad” del banco.  Los avances para ofrecer la mejor experiencia al cliente a través de todos los canales y la transformación digital son dos de las líneas principales del Plan Estratégico 2019-2021.

CaixaBank dice ser la entidad líder en medios de pago, con una cuota de mercado por facturación de tarjetas del 33,4%, según datos del segundo trimestre de 2021. Y recuerdan que ha sido una de las entidades pioneras internacionales en la emisión de tarjetas contactless, una tecnología que facilita el pago rápido de operaciones de bajo importe. CaixaBank Pay es la aplicación de referencia en pagos de CaixaBank. Además de hacer pagos con el móvil en los establecimientos con TPV contactless, la aplicación permite gestionar todas las tarjetas de CaixaBank de forma sencilla y rápida, y controlar todas las operaciones realizadas. Así como la funcionalidad Bizum, para enviar dinero de persona a persona simplemente conociendo su número de móvil. 

De igual modo -explican las mismas fuentes- CaixaBank tiene como prioridad estratégica ofrecer la mejor experiencia por cualquier canal, para que el cliente “pueda elegir en cada momento el servicio que prefiere en función de sus necesidades”. Al ofertar una plataforma de distribución omnicanal y con capacidad multiproducto única, que evoluciona constantemente para, de esta forma, anticiparse a las necesidades y preferencias de nuestros clientes. Porque, “debido al creciente uso de las nuevas tecnologías, la operativa transaccional en las entidades financieras se realiza, cada vez más, a través de los canales digitales”. 

CaixaBank ha iniciado al mismo tiempo el despliegue de una nueva plataforma tecnológica en sus cajeros para ofrecer la misma experiencia de uso de la banca digital que en móvil y web. Con el proyecto ATMNow, CaixaBank se convierte en el primer banco del mundo en ofrecer una experiencia totalmente omnicanal, con el mismo nivel de calidad, imagen y servicio en todos sus canales digitales.

Unicaja Banco

UNICAJA Banco señala que se han adaptado “a las nuevas formas de pago electrónico apoyándose en las propuestas que se están liderando a nivel nacional y centralizándolas en su propia aplicación: Unicaja Banco App. Así, para mejorar la experiencia de usuario en las compras online, “se han implementado mejoras” en esta aplicación, con objeto de poder cumplir la normativa de pagos electrónicos PSD2 y validar la identidad del cliente con biometría. Precisamente, en este terreno, se ha integrado en Unicaja Banco App tanto Bizum como la autenticación en comercio electrónico seguro a través de biometría, facilitando al usuario el acceso a las distintas funcionalidades en una única aplicación. Por tanto, los clientes particulares tienen disponible el pago con Bizum, tanto entre particulares (a través de la banca digital -web y app-) como en comercio electrónico, pudiendo pagar sus compras sin necesidad de tarjeta ni transferencias en tiendas virtuales directamente con cargo en cuenta.

Para facilitar la financiación en comercios virtuales -explican desde la entidad- “los titulares de tarjeta de crédito tienen plenamente disponible el nuevo servicio, de ámbito nacional, de plazos y de fraccionamiento de compras”. Así, podrán pagar en 3, 6, 9 o 12 meses sus compras en tiendas online que tengan este servicio disponible, cerrando la compra y la financiación a través de Internet. De igual modo, Unicaja Banco permite incorporar las tarjetas tanto en Unicaja Banco App como en otros wallets, tales como Apple Pay, Samsung Pay y Google Pay y en dispositivos compatibles. De este modo, el cliente puede disponer de la cartera digital que prefiera para hacer sus compras. En suma, Unicaja Banco trabaja para incorporar y poner a disposición de sus clientes todas las soluciones e innovaciones que permitan facilitar los pagos.

En realidad -dicen fuentes de Unicaja Banco- “ya hemos visto divisas digitales oficiales durante el mismo 2021”. Este año se han dado desde los primeros ‘experimentos’ reales del Yuan Digital, la CBDC China, hasta la inclusión como moneda oficial del BitCoin en El Salvador, pasando por la recién estrenada eKrona, la CBDC de Suecia. Todos estos casos, junto con otras iniciativas y noticias (el proyecto mCBDC Bridge del BIS, el proyecto de ‘Adaptador Universal de VISA’ o el propio proyecto de Euro Digital) confirman que “las monedas digitales vienen para quedarse”. Sabiendo esto, toca ver “cómo debemos posicionarnos como banco, como sector financiero e, incluso, como sociedad ante esta nueva realidad. Una labor en la que “ya nos encontramos inmersos”.

Para Unicaja Banco resulta “evidente que existe la posibilidad, más que probable, que grandes bigtechs intenten poner en circulación su propia moneda digital”, aprovechando la enorme penetración entre los ciudadanos que tienen sus ecosistemas. De hecho, Facebook, en consorcio con otros actores importantes como VISA o Mastercard, tuvo un serio intento en 2019 de lanzar su criptomoneda ‘Libra’. Finalmente, quedó en eso, en un intento y muchos de los socios del consorcio ‘Libra’ abandonaron el proyecto (como los propios VISA y Mastercard). Sin embargo, “no creemos que debamos interpretar el abandono del lanzamiento de Libra como un abandono del interés de las bigtechs en este tipo de soluciones”. Más bien podríamos decir que están en un proceso de ‘aprendizaje’ que les permita identificar/resolver inconvenientes (regulatorios, tecnológicos, sociales, etc.) que estas iniciativas conllevan. “El hecho de que Facebook haya reorientado el alcance de su proyecto (ahora conocido como Diem) para crear una plataforma tecnológica al servicio de los sistemas financieros regulados, confirma nuestra interpretación”.

Aunque, desde luego, los riesgos y oportunidades de este tipo de monedas digitales, propiedad de empresas privadas (como bigtechs), “cada vez parecen más evidentes”. Mientras que, por un lado, su capacidad tecnológica y su enorme penetración pueden hacer llegar soluciones de pago y financieras a casi cualquier ciudadano europeo (o mundial); por otro, el hecho de tener los recursos financieros de los ciudadanos/empresas en una moneda digital emitida por una entidad no gubernamental y sin una regulación adecuada puede poner en riesgo la seguridad de dichos recursos y comprometer la estabilidad económica de un país, de Europa o, incluso, del resto de economías mundiales. Por todo ello -enfatizan en Unicaja Banco- “creemos de vital importancia la interpretación que las instituciones europeas hagan de la propuesta de reglamento que ha presentado la Comisión para regular el mercado de los criptoactivos, la conocida como MiCA”. Porque dentro del alcance de esta propuesta -recuerdan en la entidad- “se encuentra también una regulación específica para stablecoins y monedas digitales privadas que operen dentro de la UE”. Será, por tanto, de la interpretación que se haga de esta propuesta de donde salgan las reglas del juego que deban garantizar que todos podamos aprovechar las oportunidades que deriven de las monedas digitales, pero sin asumir los enormes riesgos que también implican.

Bankinter

Desde Bankinter resaltan que “los pagos electrónicos dominan la operativa del banco desde hace tiempo, aunque durante la etapa de pandemia se ha intensificado en el sector el volumen de transacciones de medios de pago online”. En este marco, la estrategia oficial de Bankinter “es poner a disposición de sus clientes las herramientas y aplicaciones que permiten a sus clientes escoger la opción que más se adecua a sus demandas”. En el ámbito digital, “los clientes del banco pueden realizar sus pagos a través de cualquiera de las soluciones de Apple Pay, Google Pay o Samsumg Pay”, además de las propias de Bankinter. 

Asimismo, el banco facilita los pagos en comercios a través de Bizum.

Banco Sabadell

Desde la Dirección de Regulación, Public Policy y Relaciones con el Supervisor de Banco Sabadell recuerdan la existencia de “varias iniciativas en marcha coordinadas por las autoridades globales para optimizar los pagos transfronterizos vía el uso de central bank digital currencies (CBDCs). Aunque, matizan, “no nos consta que las autoridades hayan fijado fechas de implementación, lo que es coherente, dada la complejidad del proyecto y los riesgos que se podrían generar para la estabilidad financiera”. Ya que, por una parte, el establecimiento de un marco de pagos transfronterizos en CBDCs requerirá tanto la estandarización como la interoperabilidad de las divisas digitales en un contexto en el que cada país tiene diferentes intereses y recursos a la hora de establecer un marco común de pagos. Y, por otro lado, y aún más crítico, los pagos en CBDC pueden generar riesgos desconocidos (como la sustitución o dolarización de algunas divisas o aumentar la volatilidad de los mercados de divisas) que podrían afectar a la confianza del dinero emitido por los bancos centrales y en los mercados financieros. En este sentido, una futura introducción de pagos transfronterizos en CBDCs tendría que ser minuciosamente coordinada globalmente. Aunque la fecha de introducción es incierta, es evidente que los CBDCs podrían aportar ventajas significativas en los pagos transfronterizos (en materia de costes, rapidez, disponibilidad 24/7 y la programabilidad de ciertas funciones) y cabe esperar importantes avances en los próximos semestres.        

A juicio de los expertos del Banco Sabadell, en el caso de que finalmente el BCE emita el euro digital, su “cuota del mercado” frente a la del resto de criptomonedas dependerá de las opciones de diseño que está examinando en la actual fase de investigación que durará unos dos años: límites de tenencia de los ciudadanos, remuneración, experiencia del usuario en los pagos en el móvil, wallets u otras modalidades. El hecho que el euro digital sea un pasivo del BCE sin riesgo de crédito ni de liquidez junto con la intención del banco emisor de otorgar un elevado grado de anonimidad a los pagos en CBDC es un gran atractivo. 

Aunque otro factor determinante será, al mismo tiempo -tal y como señalan desde la Dirección de Regulación- la evolución regulatoria de los cripto-activos. Actualmente, no existe un marco regulatorio global y ello ha facilitado el crecimiento de los cripto activos; hasta el punto de que ahora representan una amenaza para la estabilidad financiera, la protección del consumidor y a la financiación de actividades ilícitas (p.ej. los rescates de ransomware suelen ser pagos en bitcoin). Iniciativas a nivel europeo y global están en fase de construcción y cabe esperar que impactarán en la circulación y características de los cripto-activos, recuerdan desde Banco Sabadell.