
Nuevo hito para el precio del oro, que ha superado este lunes la barrera psicológica de los 3.600 dólares la onza y marca un nuevo máximo histórico apenas una semana después de haber alcanzado los 3.500 dólares: a media mañana la subida es de un 0,70% hasta los 3.611,55 dólares la onza.
El metal amarillo ha subido un 37% en lo que va de año, tras un avance del 27% en 2024, impulsado por la debilidad del dólar, las compras de los bancos centrales, la suavización de la política monetaria y la incertidumbre geopolítica y económica generalizada. En las últimas tres semanas el alza ha sido del 9%.

“El principal motor son los datos de empleo de EEUU y las expectativas ahora de que la Fed podría recortar 50 puntos básicos en septiembre. Es una posibilidad marginal, pero un cambio importante respecto a antes de los datos de empleo”, explica Kyle Rodda, analista de mercados financieros de Capital.com, en declaraciones a Reuters. “Básicamente... todos los vientos de cola soplan a favor del oro en estos momentos”.
El crecimiento del empleo en EEUU se debilitó bruscamente en agosto (+22.000 empleos), y la tasa de desempleo aumentó a un máximo de casi cuatro años del 4,3%, confirmando que las condiciones del mercado laboral se estaban suavizando y sellando el caso de un recorte de tipos de la Fed la próxima semana.
Según la herramienta FedWatch de CME, los operadores han descontado totalmente un recorte de 25 puntos básicos este mes, con un 8% de probabilidades de un recorte de 50 puntos básicos.
Unos tipos de interés más bajos reducen el coste de oportunidad de mantener lingotes, que no pagan intereses, y pesan sobre el dólar, lo que hace que el oro sea más barato para los inversores que tienen otras divisas. La atención se centra ahora en los datos de inflación de EEUU del jueves, que podrían ofrecer más claridad sobre la magnitud del recorte de tipos previsto por la Fed.
Mientras, los inversores esperan el resultado del intento de Trump de destituir a la gobernadora de la Reserva Federal, Lisa Cook, que actualmente se encuentra en los tribunales. Los esfuerzos del presidente de EEUU por influir en la formulación de políticas del banco central más importante del mundo han reavivado el temor a una mayor inflación, lo que ha provocado que los inversores acudan en masa al oro.
Durante el fin de semana, la Casa Blanca emitió nuevas directrices arancelarias que eximen a los lingotes de oro de los gravámenes de importación, poniendo fin a semanas de confusión en el mercado de lingotes sobre si los lingotes estarían sujetos a aranceles o no. En agosto, las autoridades aduaneras estadounidenses declararon que los lingotes de oro estaban sujetos a aranceles, lo que generó una conmoción en el mercado y provocó que muchos operadores suspendieran los envíos de oro a Estados Unidos.

