Unas líneas sobre médicos y youtubers...

En elperiódico.com de 6 de octubre de 2016, en relación con un estudio centrado en Cataluña, se puede leer que “formar a un médico cuesta cinco veces más que formar a un abogado”, así como que “un titulado en medicina sufraga el 10% de los 73.000 euros que vale la carrera”, indicando, además, que “esa es una las poderosas razones que explican la actitud tibia de la Conselleria d'Innovació i Universitats a la hora de incrementar la dotación de plazas de los estudios de Medicina, que anteayer se limitó a anunciar una ampliación de un centenar de plazas para el 2008, a pesar de la presión que ejerce la demanda”.

Más allá de la disparidad en cuanto a la cifra de coste: 73.000 euros carrera de medicina en Cataluña, según Elperiódico.com de 2016 y 300.000 euros de formación del médico según elcorreo.com (ojo, del médico, no del titulado en medicina), surgen cuestiones muy interesantes.

En primer lugar, si es aplicable a los médicos formados en España, que se marchan a ejercer a cambio de un sueldo más alto en el extranjero, el tratamiento que, por algunos, se dispensaba a los youtubers que cambiaban su residencia para pagar menos impuestos. En el caso de los médicos, los contribuyentes les habríamos proporcionado el 90% del precio de sus estudios y, sin embargo, al trabajar en el extranjero pagarían allí sus impuestos y no aquí (como los youtubers), con la diferencia de que a estos no les habríamos financiado el 90% de su fuente generadora de ingresos.

Pero fuera de esa polémica, de la que huyo, pues en ambos casos (médicos y youtubers) la legislación actual les permite esa forma de actuar en la búsqueda de su mayor y exclusivo beneficio, me interesa señalar otra cuestión interesante que se proyecta sobre el sistema público de universidades que tan nefasta gestión está llevando a cabo en el caso de la medicina (a la luz de sus resultados), pervirtiendo la lógica económica.

¿Cómo es posible que en un mercado como el laboral de médicos en el que hay un exceso de demanda de empleo sobre la oferta, los médicos formados en España no aprovechen ese mercado maravilloso con el que soñamos economistas, abogados, arquitectos, ingenieros, periodistas, etc?

¿De verdad un médico gana en España menos que en Inglaterra, por ejemplo? No son pocos los médicos que ejercen en España en lo público y, además, en sus propias clínicas privadas a muy buenos precios la hora.

¿No sería adecuado proteger las arcas públicas con un sistema formativo de médicos, parecido al que existe en otros países, en el que estos financiaran su formación a través de créditos del estado a reembolsar mediante descuentos en su retribución futura desde el momento en el que ésta alcanzara un umbral preestablecido que le permitiera “devolver” cómodamente lo que los demás contribuyentes han invertido en su formación?

Desde luego, lo que no parece admisible es el sistema actual en el que hay carencia de médicos porque: (i) cuesta mucho formarlos (y desde lo público, aunque hay carencia de médicos, se sacan plazas de otras carreras más baratas pero con menos demanda), (ii) desde lo público no se les retribuye adecuadamente y (iii) no hay manera legal de retenerlos para que, conforme a una justicia fiscal, devuelvan y contribuyan al sostenimiento del sistema público que les ha formado, vía impositiva.

El acceso universal a la educación, a la sanidad, etc, no debería seguir mezclándose con la prestación pública de esos servicios. Porque, ciertamente, la Administración no es capaz de ofrecerlos de manera lógica y económica, y la situación de los médicos (en su formación y en su ejercicio) es el ejemplo perfecto, que conduce a: (i) el alarmante deterioro del servicio de salud por falta de médicos que estos días es noticia, (ii) la huida de médicos de un “mercado perfecto” (con exceso de trabajo y posibilidades), (iii) el derroche de gasto público sin retorno en el caso de las carreras médicas y (iv) el derroche de gasto público en formar personas en otras titulaciones que terminan en el paro (sin retorno entonces para el Estado vía impuestos) privando de tales recursos a la formación de médicos con trabajo seguro.