José Luis Cava se centra en la creciente tensión comercial entre la Unión Europea y China, en vísperas de la cumbre económica prevista para el 24 y 25 de julio en Pekín. Según comenta, la delegación europea canceló una reunión preparatoria con representantes chinos alegando "que no hay progresos notables en las conversaciones". A partir de este hecho, se plantea si tiene actualmente la Unión Europea poder o influencia para presionar a China. “No, por la asombrosa complacencia que han tenido los gobiernos europeos con China y por la extrema lentitud institucional en la toma de decisiones”.

El desequilibrio comercial entre ambas potencias se ha agravado desde 2001, cuando China se incorporó a la Organización Mundial del Comercio. Desde entonces, las exportaciones chinas hacia Europa se han duplicado en términos del PIB chino, y este aumento se debe sobre todo al “superávit comercial automovilístico”. Según el economista, la estrategia de Xi Jinping consiste en no estimular la demanda interna ni el consumo privado, sino en “conquistar mercados exteriores, como el de la Unión Europea”.

Europa se encuentra, por tanto, en una posición de vulnerabilidad debido a su fuerte dependencia de China en sectores clave como las tierras raras. “Prácticamente el 100% de los elementos de tierra rara pesados los importamos de China”, explica el experto. Y los chips, que también provienen en su mayoría de Asia. Esto lleva al analista a concluir que “Europa ya se ha entregado en los brazos de Xi Jinping”.

Cambiando de tema, Cava se centra en una declaración de Scott Bessent, secretario del Tesoro de Estados Unidos, a la CNBC. Bessent criticó públicamente a la Reserva Federal al afirmar que no entendía “qué hacían en la Fed tantos doctorados” y que “parecía que estos trabajos realmente no eran tales, sino que se pagaba una renta básica universal a estos académicos”. Aunque se reconoce que “algo de razón tiene”, el enfoque principal es estratégico: “se ve claramente que están tratando de descalificar a Powell, están tratando de desacreditar a la Fed”.

El paso siguiente sería el nombramiento de un nuevo presidente de la Reserva Federal afín a Trump, que controle lo que denomina “un sistema de la Reserva Federal en la sombra”. El objetivo último es forzar una bajada de tipos de interés.

Esto se enlaza con un dato relevante: los estadounidenses tienen casi 3 billones de dólares en fondos de inversión monetaria con rentabilidades cercanas al 4-4,20%. Si bajan los tipos, este capital podría trasladarse a la renta variable. “Si consiguen bajar los tipos de interés… una parte lo tendría que dedicar a invertir en bolsa y esto favorecería la subida del S&P 500 durante el año 2026”.