Entrevista realizada por Silvia Morcillo y Manuel López Torrents.

Renunció a una plaza ganada por oposición en la Comisión Europea para trabajar «en la economía real». En 1989 se incorpora a Beta Capital, una sociedad de valores que fue la startup del momento, fundada por César Alierta. Estuvo seis años en beta, como director de análisis y bolsa, y dos años como director general en Societé Generále. Unos años que coincidieron con la reapertura de España, preparación entrada en el euro….

“Una década que fue la apertura a todo lo que estaba sucediendo y donde había muchas oportunidades donde hizo todo y casi todo bien. La economía se estaba abriendo, el proyecto de España como potencia económica estaba en camino, se estaban abriendo los mercados de bienes y servicios además de los de capitales, se estaban renovando las figuras tradicionales y es la época de las sociedades de valores, en sustitución de los agentes de cambio y bolsa. La bolsa era el lugar donde se reunía todo eso y cuando tienes 30 años y te toca vivirlo te ha tocado la lotería”. 

Una época que precede a los 1990 donde empiezan las privatizaciones, llega el capital extranjero y se produce la entrada en el euro, sembrando el germen de la internacionalización. “Una época en la que todo pasaba muy rápido, apertura de la economía española, visión del euro como ancla definitiva y la entrada de inversión extranjera. A ello se une la agilidad de las sociedades de valores con grandes clientes extranjeros, lo que fue un movimiento muy interesante”. 

Llega a mediados de la década a Telefónica, una compañía que pasa de ser el “Ministerio de las Telecomunicaciones” al dividendo, estrella bursátil, líder mundial… Un proceso de transformación “fascinante e irrepetible”, dice Valbuena,  que pasó de la sociedades de valores a gestionar los fondos de pensiones de Telefónica y posteriormente en Telefónica que, de 2000 a 2010, fue a todas partes a toda velocidad. “Unos años en los que se hicieron gran parte de las adquisiciones en unos años donde teníamos la ambición, la capacidad, los recursos financieros - pues Telefónica era capaz de captar recursos de donde fuera - y que permitió de ser una empresa del Suroeste europeo a ser un líder ambicioso de la consolidación global en un momento en que la digitalización, la telefonía móvil y la expansión geográfica formaban parte del paisaje. En diez años hicimos más operaciones que en los 100 años anteriores orientados por un presidente que quería ir por ese camino. Nuestros homónimos europeos, que tenían participación estatal, iban a un ritmo distinto porque tenían otras prioridades”. 

Telefónica llegó a estar entre las 30 empresas más capitalizadas del mundo. “Esa ambición y esa capacidad de hacer las cosas no ha continuado. Después de la crisis de 2008 he visto una reversión. Las oportunidades que tuvo mi generación no existen y no por falta de capacidad sino por falta de oportunidades. Ahora es más complicado captar financiación”. Este directivo asegura que “hubo una España que se acabó el 16 de octubre de 2007, el día en que el Ibex 35 hace máximos históricos y hoy estamos un 40% de aquellos niveles”. 

Un selectivo que ha cambiado su composición sectorial, ha aparecido alguna empresa nueva - Inditex fue la estrella de los 2000- los bancos, que han tenido una digestión muy pesada de la crisis inmobiliaria, han pesado mucho y probablemente “el diagnóstico que se hizo postcrisis no sea el acertado. Porque el resto de compañías han tenido sus propios problemas puntuales como Telefónica, que ha sufrido en algunos casos por América Latina, Repsol es una empresa algo menor a nivel internacional... Las empresas ya no van a la bolsa a financiarse, van a los fondos, y me temo que estamos en una fase que va a durar pues como el capital que viene es externo pero es cortoplacista y es complicado que haya grandes financiaciones para proyectos de largo plazo”. 

Algo que ocurre también en la propia política española, donde los horizontes de los líderes actuales son cada vez más cortos y donde importa cada vez más la opinión pública y mediática que evita que se puedan tomar decisiones quirúrgicas. “Veo falta de atractivo en los puestos públicos para las personas con preparación. Echo de menos el liderazgo de la política, que se ha convertido en el feudo de los partidos políticos y es complicado hacer una carrera pública si no estás dentro de un partido. Creo que eso es malo y complicado de combatir”. 

El que fue directivo de Telefónica habla sobre el peso que ha tenido la deuda en Telefónica, algo que para él no ha sido el problema de la operadora “sino la mala calidad y rentabilidad de los activos. Nunca ha habido una deuda más barata que la de los últimos diez años y, sin embargo, la deuda que se ha ido reduciendo a base de venta de activos no ha resuelto ninguno de esos problemas. La deuda ha sido la solución de muchas empresas porque nunca ha sido más abundante y más barata”. 

Sobre la internacionalización y el puente entre España y Latam, este experto cree que está cerrado a un tamaño que poco tiene que ver con el de comienzos de siglo bien porque las oportunidades que ofrecían muchos países de Latam no se materializaron, por el poco respecto que ha habido a las leyes…”De hecho, si se analizan las inversiones que se han hecho en los últimos años son de continuación o del sector público. Desde que llevé Telefónica a Brasil decidí quedarme en el país porque ahí detecto las oportunidades que me hubiera gustado aprovechar en la España de los 1980, cuando no tenía ni la formación, recursos o experiencia que tengo hoy. En Latam falta capital y sobran oportunidades. en Europa hay pocas oportunidades y sobra capital”, dice aludiendo al dinero que hay todavía en depósitos.  “No solo es la regulación o la fiscalidad, hay pocos mercados grandes en el mundo y 2-3 de ellos están en América Latina. 

Fue presidente de Fonditel, la gestora de pensiones de Telefónica.  Hace tiempo reflexionaba sobre que los sistemas de previsión social en la Europa actual se asentaban sobre colectivos,  no sobre individuos, y es un modelo que había que cambiar. A su juicio, “no estamos siendo serios con nosotros mismos porque cuando tienes un sistema de reparto -  todos sabemos que las pensiones de hoy se pagan con las cotizaciones de hoy - si la pirámide se contrae por la base y se amplía por la parte alta hay más dinero que dedicar a las pensiones y esto no tiene que ver con la justicia sino con cuánto has aportado y cuándo estás recibiendo. Los mercados establecen una relación directa entre lo que tu cotizas y lo que acabarás recibiendo y , si nos reunimos todos y votamos que en el BOE salga  que la pensión será X eso lo pagará alguien de fuera. Los derechos que no están de la mano de nuestras obligaciones al final son derechos escritos en una barra de hielo porque son difíciles de sostener. Y algo tendremos que hacer”. 

La tendencia es a que cualquier cosa que incida en la recaudación del corto plazo prácticamente desaparezca.  Al final estás agravando el problema de mañana. Los sistemas son tan generosos que casi nadie quiere repetirlos. “Cuando tienes 10 millones de pensionistas con prestaciones cada vez más altas, las cuentas tienen que salir por algún sitio”.  

Hablamos con Valbuena sobre las opciones que tiene la banca, guerra de depósitos , su visión sobre el sector inmobiliario desde su puesto en el Consejo de Aedas Homes. Vea la entrevista completa.