Creo que es demasiado pronto para que la difícil situación italiana lleve al banco central a mover sus tipos, quemar este cartucho ahora mismo es innecesario. Probablemente habrá una referencia institucional y respetuosa con el estado transalpino y poco más. Veremos si alguien le pregunta quien tiene ahora que pedir en Italia el rescate para activar las compras de Deuda Pública, pues Draghi siempre ha condicionado estas compras a la solicitud formal del gobierno del país que lo solicita.
Por la parte del descenso de la actividad en Europa pues tampoco creo que sea el momento, Europa debe ser consciente que los recortes y especialmente las subidas de impuestos no conducen a nada. La política monetaria ha hecho prácticamente todo lo que puede salvo quizá una cosa, presionar para que el dinero llegue a la economía real, que no se quede depositado en el BCE. Aquí si hay mucho que aclarar y presionar, qué se puede hacer desde Frankfurt para que los bancos presten dinero, la bajadas no sirven si no circula el dinero (sería bueno penalizar inmediatamente esos depósitos). Sin embargo para mí el morbo está en la paridad, qué dirá el gobernador sobre este asunto, máxime cuando el mismo día se reúne el Banco de Inglaterra, además Francia presionando para una devaluación del euro. Ya sabemos que Alemania siempre ha convivido con una divisa inalterablemente fuerte, pero las economías agrupadas en el euro pueden y saben convivir con una fortaleza de su divisa.
La atención del BCE debe centrarse en unas claves que buscaremos nuevamente en el discurso y las respuestas de la institución ante los periodistas. Por cierto, las elecciones alemanas se acercan y en poco el BCE se verá muy limitado para tomar medidas.