La primera etapa es ¿para qué estoy ahorrando? Normalmente siempre deicmos para los estudios de los hijos, cambiar de coche o la jubilación.

Establecidos esos objetivos, con rentas y patrimonio de la persona, a partir de ahí se establecen las posibilidades de ahorro, tipo de inversión, respecto a los objetivos cómo ligamos los activos o vehículos de inversión. Un proceso muy sencillo que es el que se sigue para gestiona los patrimonios: no los asesoramientos puntuales sino que es una gestión dinámica durante un período de obtención de rentas y ahorro.

¿Cuáles son los beneficios?

Las bondades que nos ofrece respecto al asesoramiento puro es que tenemos que establecer los objetivos: cuando yo voy a una entidad financiera y me hacen un perfil de riesgo, me dicen que soy equilibrado en la totalidad de mi patrimonio. Pero ¿y si quiero que mi hija vaya a estudiar fuera dentro de seis meses? El perfil no será tan equilibrado porque es una necesidad de corto plazo. Si nos damos cuenta, la planificación quiere establecer los objetivos, identificarlos para adecuar lo mejor posible las inversiones.

Eso, en contra del análisis que se ve muy influenciado por la situación de los mercados, hacemos una distribución de activos táctica y vigila en todo momento el horizonte temporal.