Los títulos de Inditex lideraron el pasado jueves las caídas del Ibex 35 con un descenso del 5%, en el último día de Pablo Isla como presidente de la compañía, por lo que se ha visto superada por Iberdrola, que se ha situado al frente del selectivo español por capitalización. Ya el día en que se anunciaba ese cambio generacional y la llegada de Marta Ortega (hija del fundador, Amancio Ortega) al frente del grupo, el valor perdía terreno con fuerza en bolsa.

El reto que tiene por delante Ortega es, cuanto menos, imponente. Pablo Isla dice adiós a Inditex tras 17 años en la compañía, cuya valoración bursátil ha incrementado en unos 52.000 millones desde 2005. La hija del fundador tiene ante sí un imperio de con casi 6.500 tiendas repartidas por el mundo y unos beneficios récord. 

Unas caídas que han llevado al valor a cotizar cerca de los mínimos de la pandemia. Para la analista María Mira se trata de un castigo excesivo, la cotización está "exageradamente penalizada", apunta. Recuerda además la experta que Ortega no llega sola; junto a ella, Óscar García Maceiras desempeñará el papel de CEO del grupo. 

Un grupo que tiene ante sí retos, pero que cuenta también con muchas fortalezas, como un modelo de negocio integrado, con un 25% de las ventas online, una plataforma digital propia y una "resiliencia que ha venido marcando siempre", además de su crecimiento en EEUU, lo que puede compensar las caídas de ventas en Europa. 

Marta Ortega ha desarrollado su actividad en distintas áreas del grupo durante los últimos quince años y, en particular, ha dirigido el reforzamiento de la imagen de marca y propuesta de moda de Zara, área que seguirá supervisando. "Es cierto que no tiene un currículum atrás, no ha pasado por otras grandes compañías para que podamos ver cómo trabaja". El mercado se toma con cautela esa incertidumbre. Pero Mira cree que ya está más que descontada y las perspectivas para el grupo son positivas. 

Bajo su liderazgo se han materializado campañas con los más reputados creativos del sector como Steven Meisel, Fabien Baron, Karl Templer o Luca Guadagnino, así como el lanzamiento de nuevas colecciones 'premium', incluyendo Zara SRPLS y Charlotte Gainsbourg by Zara.

El conflicto en Ucrania, una piedra en el camino

Otro frente que se le abre a la compañía es cómo afrontar el golpe que recibirá por la guerra de Ucrania, que le llevó a cerrar sus más de 500 tiendas en Rusia y también su negocio online. Una primera pista la daban las cuentas de H&M, que sufrían un duro impacto a raíz del conflicto. Los mercados siempre miran esas cifras, en busca de pistas que permitan hacer un paralelismo con la textil gallega. 

Según apunta Victoria Torre, de Singular Bank, aunque hay diferencias importantes entre ambas firmas, "también tienen muchas similitudes". Además, H&M es la primera firma del sector que ha presentado cifras posteriores al conflicto, que recogen ese impacto. "Tendremos que ver cómo se cuantifica por parte de la española este cierre de tiendas", pero desde Singular Bank se muestran optimistas y creen que, gracias a la flexibilidad de Inditex y su apuesta por el negocio online, ese cierre de establecimientos puede ser reabsorbido por otros negocios menos maduros. En todo caso, los expertos ya calculan un impacto en sus ventas de entre el 10 y el 11%. 

Desde XTB, el analista Darío García señalaba que el impacto que recibía Inditex tras las cuentas de H&M era excesivo, dado que "en términos nominales, la diferencia entre los resultados de Inditex y H&M son abismales, no tiene nada que ver unos resultados de H&M que parecen maquillar una posible pérdida, con los de Inditex, que es poco probable que entren en ese nivel de margen". A nivel técnico, tras tocar un soporte en los 18,5 euros por acción, y tras intentar romper la resistencia de los 23 euros por acción, parece que el valor se va a mantener en ese rango en el corto plazo. 

Más pesimista con el valor se muestra Javier Alfayate, de GPM Sociedad de Valores. El analista señala que, desde que Inditex perdió la media de 30 semanas "y luego confirma perdiendo la zona de 28, se le complica mucho el aspecto", apunta. Por eso considera que hasta que no supere, al menos, los 26 euros, no serían un valor para tener en cartera, explica el experto.

En el corto plazo, Diego Morín, analista de IG, apunta que "hay que tener paciencia, sobre todo después de la agitación del conflicto bélico, que desembocó en mayor presión bajista para el valor". Ya venía de sufrir presión a la baja, tras perder los 27 euros. Un primer objetivo de soporte clave sería que el valor consiga consolidar los 20 euros. Si no lo consigue "hay que tener un poquito de precaución", porque si no lo logra, podría ir de nuevo a tocar los mínimos anuales.