En el 2004 el universo de bonos corporativos en moneda fuerte de los mercados emergentes era relativamente pequeño, con un valor aproximado de 270.000 millones de dólares. En 2009 esta clase de activos se había duplicado hasta alcanzar 600.000 millones de dólares, impulsada por la fuerte expansión económica en las economías en desarrollo y, a finales de 2018, ya ascendía a 2,2 billones de dólares.

A día de hoy, este universo de inversión también cuenta con atractivos rendimientos, sólidos fundamentales que siguen mejorando, y que todavía tiene un gran potencial de crecimiento continuo. En resumen, la renta fija de mercados emergentes sigue ofreciendo rentabilidad. 

Tras el reciente acercamiento de posturas entre Trump y Xi, que parece haber sentado las bases para apaciguar la guerra comercial, toca mirar a la renta fija emergente, concretamente al crédito.

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Thomas Rutz y Dimitrios Nteventzis, gestores de MainFirst, afirman que “los bonos corporativos de mercados emergentes ofrecen rendimientos atractivos y, contrariamente a la opinión generalizada, hoy en día están menos apalancados que sus homólogos estadounidenses”. Estos expertos destacan que los fundamentales del crédito emergente están mostrando resistencia a los vientos en contra, como la incertidumbre política, las crisis monetarias o la guerra comercial.

Por ello, concluyen que “el potencial de crecimiento del crédito EM, sus sólidos fundamentales y sus atractivas rentabilidades, junto con el hecho de que muchos de los bonos en divisas emergentes no están excesivamente correlacionados con los mercados desarrollados, hacen que invertir en ellos -siempre con un sólido conocimiento de los mercados y las empresas- sea una gran oportunidad para los inversores”.

Mejores fundamentales

Los bonos corporativos de mercados emergentes ofrecen rendimientos atractivos y, contrariamente a la opinión generalizada, hoy en día están menos apalancados que sus homólogos estadounidenses. De hecho, es el apalancamiento de EE.UU. el que todavía se encuentra a un nivel elevado. Los fundamentales del crédito emergente no sólo resistieron bien, sino que mejoraron aún más en 2018, un año difícil para los mercados mundiales debido a la incertidumbre política, las subidas de tipos de interés de la Reserva Federal, las crisis monetarias en Turquía y Argentina, así como a la guerra comercial en curso entre Estados Unidos y China.

Planes de inversión conservadores y mejor liquidez

La razón clave del desapalancamiento de los mercados emergentes está en un gasto de capital más conservador. También significa que las empresas están en promedio menos dispuestas a crecer a través de un CapEx agresivo y, en su lugar, se centran en oportunidades de expansión específicas, al tiempo que invierten gran parte de su energía en aumentar la eficiencia y reducir los costes.  

Laliquidez,otro aspecto muy importante que hay que vigilar como inversor en mercados emergentes, ha mejorado significativamente en el último año y la liquidez a corto plazo se sitúa en el nivel más alto de los últimos 10 años. 

La mayor resilencia de las empresas en los mercados emergentes ofrece oportunidades

A pesar del desempeño positivo que el high yield de mercados emergentes está teniendo este año, los niveles de spread se mantienen prácticamente sin cambios en comparación con el final de 2018, con la mayor parte de la rentabilidad proveniente del carry y la caída de los tipos de interés en Estados Unidos. Teniendo en cuenta la mejora de los fundamentales, desde MainFirst creen que las empresas de mercados emergentes son más resistentes.

Su potencial de crecimiento, sus sólidos fundamentales y sus atractivas rentabilidades, junto con el hecho de que muchos de los bonos en divisas emergentes no están excesivamente correlacionados con los mercados desarrollados, hacen que invertir en ellos, siempre con un sólido conocimiento de los mercados y las empresas, sea una gran oportunidad para los inversores.