El temor a una segunda oleada de coronavirus se instala en los mercados. ¿Podrían volver a vivirse correcciones como las últimas?

Los mercados se han recuperado con muchísima fuerza. Gran parte, por no decir la totalidad, debido a las inyecciones masivas de liquidez por parte de los bancos centrales, que han inyectado mucho dinero en el sistema, mucho más que en la crisis financiera de 2008. Eso ha provocado que haya mucha liquidez y que los mercados hayan rebotado con fuerza, tanto la renta variable como la fija, que pasó un momento muy complicado en marzo, pero a partir de abril se ha comportado de manera extraordinaria.

Si nos situáramos en el uno de enero de 2020 y yo tuviera una bola de cristal, hubiese dicho que vamos a tener un año donde los PIBs iban a caer más del 10%, donde íbamos a estar confinados durante varias semanas, que los beneficios empresariales iban a caer un 30% y que la bolsa americana iba a estar positivo, todo el mundo me habría dicho que estoy loco. Hemos tenido la peor crisis de la historia, y los mercados de renta variable americana estaban en positivo la semana pasada.

Yo creo que hay demasiada complacencia, y los mercados han girado demasiado rápido para todas las incertidumbres que todavía sobrevuelan los mercados. Hay que tener cierta cautela y perspectiva. Dudo que volvamos a ver los mínimos del 22 de marzo, creo que lo peor ya ha pasado en cuanto a crisis financiera, sanitaria y económica, pero, evidentemente, alguna corrección se puede dar. Estamos en un entorno muy volátil.

¿Los nuevos movimientos dejan nuevas oportunidades en los mercados?

Siempre hay oportunidades. También las hubo en marzo, pero había que tener agallas para invertir. En nuestro caso, nuestro fondo mixto compró renta variable el 9 y el 12 de marzo, una semana en la que los mercados cayeron cada día un 8%, registrando las mayores caídas de la historia. Es en esos momentos donde hay que comprar.

En el momento actual, es cierto que hay sectores muy vulnerables y otros que han subido mucho, como la tecnología, que creemos que está un poco cara. Otros sectores cíclicos, como el turismo o la automoción, que han sigo golpeados. El hecho de que haya una reapertura económica no significa que haya una recuperación económica.

Hay muchos sectores que necesitan tener un nivel de actividad muy alto para poder ser rentables. Son sectores con márgenes muy estrechos, como la aviación o la automoción, que, si no tienen niveles de actividad de en torno al 80%, va a ser complicado que ganen dinero. Todavía vemos difícil llegar a esos niveles con esta reapertura tan gradual que estamos viendo.

Por tanto, hay oportunidades, pero creo que en el momento actual debe imperar la cautela y la paciencia.

¿Cómo pueden proteger los inversores sus carteras ante estos movimientos?

Si la volatilidad continúa a niveles altos y hay caídas fuertes, yo recomendaría tener fondos de inversor de gestoras que hayan demostrado que, en momentos delicados, tienden a proteger el capital.

Nuestro fondo mixto, el Pyrford Global Total Return, que este año está en positivo y le saca más de 4 puntos a la categoría comparable. En 2008, año fatídico también, el fondo hizo un +12%. Este tipo de fondos, que han demostrado que en momentos complicados protegen el capital y son capaces de navegar bien en estas turbulencias, son fondos a tener en cuenta.

Por ejemplo, nosotros compramos bolsa en marzo, pasamos a un 45% de peso, y la semana pasada, antes de la corrección, redujimos el peso en bolsa porque pensábamos que estaba caro. Hacen falta gestores que tengan esa flexibilidad y dinamismo para poder adaptarse a lo que ocurre en los mercados.

Una de las tendencias más en boga es la ASG. ¿Cómo está afectando la pandemia a la inversión sostenible?

Desde el punto de vista de la rentabilidad, se ha hablado mucho sobre los beneficios y ventajas de invertir en fondos sostenibles o responsables. Lo que se ha dejado claro es que las inversiones sostenibles suelen ser menos volátiles, y qué mejor prueba que ver cómo se han comportado en esta crisis, donde los mercados han caído vertiginosamente.

Tenemos la grata noticia de que, una vez más, la inversión sostenible lo ha hecho mejor en momentos complicados. Como dato, la versión responsable del MSCI World se está comportando alrededor de tres puntos mejor que el índice global, generando más rentabilidad.

¿Cómo veis el futuro de la inversión socialmente responsable?

Lo vemos muy bien porque cada vez hay más interés. La clave no está en que la regulación obligue a comprar bonos sostenibles, sino en el cambio de percepción de los consumidores, cómo cada vez somos más sensibles con los temas medioambientales y sociales, sobre todo a raíz del Covid-19. Eso significa que nuestra manera de consumir está cambiando.

Aquellas compañías que tengan políticas de desigualdad, que contaminen más, se verán más castigadas, de tal manera que aquellas empresas que cuiden el medio ambiente y sean socialmente responsables, acabarán vendiendo más productos porque la gente los demandará más. Cada vez hay una conciencia social y medioambiental más fuerte, el Covid no ha hecho otra cosa que poner un paréntesis en todos los proyectos de inversión en medio ambiente, pero todo eso volverá.

Las empresas sostenibles ganarán más cuota de mercado y beneficio, subirán más en bolsa y serán más rentables. Nosotros creemos firmemente que la inversión sostenible será capaz de batir a los índices genéricos y que, por tanto, hay que tener en cartera. Además, se ha demostrado que en momentos complicados es más tranquila, menos volátil. En definitiva, es la inversión perfecta