José Luis Vallejo, presidente ejecutivo de Sngular, empieza recordando su papel en los inicios del comercio electrónico en España, y cómo ese primer proyecto se vendió a Amazon. Sobre su evolución de emprendedor a empresario, explica que no identifica un momento concreto: “Me gustaría pensar que no dejo de ser ninguna de las cosas que fui. Sigo pensando que soy un poquito ingeniero, un poquito emprendedor, un poquito empresario, un poquito inversor”. Aunque su rol actual le exige centrarse más en la gestión empresarial, Vallejo afirma que no ha perdido el espíritu emprendedor: “Dentro de mi empresa tengo siempre ese foco en las iniciativas nuevas, en las apuestas… en la cosa perimetral que nos hace cambiar y evolucionar”.

Una faceta destacada de su perfil es su interés en el ámbito de la salud, que lo llevó a cursar un máster en ingeniería biomédica entre 2011 y 2013, a los 41 años. “Me apetecía volver a tener un conocimiento más técnico… ver cómo se aplicaba la misma tecnología que 20 años antes a problemas mucho más ambiciosos, como son los problemas de la salud”. Este paso lo acercó a empresas de biotecnología y le permitió participar en proyectos vinculados a genética y fondos especializados, así como a crear una división de salud dentro de Sngular.

Sobre la salida a bolsa de su empresa, recuerda que no fue un objetivo inicial, sino una evolución lógica: “Teníamos intención de que hubiera muchos empleados que pudieran ser accionistas”. Crearon un mercado interno llamado Sngular Market, y tras comprobar que cumplían con los requisitos de gobernanza, decidieron cotizar en el BME Growth. “No nos costó mucho… en tres meses hicimos una ampliación de capital y salimos a bolsa”. Aunque reconoce que la cotización exige más precauciones, como priorizar la comunicación a los accionistas, asegura que “realmente no tengo una sensación de gran cambio”.

Una parte clave de la estrategia de Sngular han sido las adquisiciones. Vallejo destaca que el criterio principal es cultural: “La clave no es intentar inculcar tu cultura, sino encontrar gente que ya sea compatible”. Afirma que cuando hay un buen encaje cultural, “todo lo demás viene detrás y también funciona”. 

En cuanto a inteligencia artificial, a Vallejo le preocupa el reto de la transición laboral: “Es una revolución muy rápida… va a haber mucho drama, mucha crisis por esa capacidad de adaptación”. Sin embargo, se muestra optimista: “Vamos llamando trabajo a cosas diferentes a lo largo de la historia”. 

También repasa su paso por la Singularity University en 2015, donde cursó un programa ejecutivo. Le impactó la dificultad humana para estimar con precisión los tiempos tecnológicos: “Es más fácil imaginarse cómo va a ser la medicina dentro de 50 años que dentro de cinco”.

Sobre la computación cuántica, considera que “llevamos 20 años diciendo que quedan 10 años” y subraya la necesidad de anticiparse ya al impacto en ciberseguridad: “Alguien ya está almacenando tramas para desencriptarlas dentro de unos años… hay que dejar de confiar en los algoritmos actuales”.