La medicina personalizada se va abriendo paso de forma progresiva y eficaz. Recientemente se ha aprobado por primera vez un tratamiento mediante terapia de edición genética CRISPR para la anemia falciforme, una enfermedad muy incapacitante que reduce de forma drástica la esperanza de vida. Pero no solo en enfermedades raras, también en cáncer. En una publicación de septiembre del Memorial Sloan Kettering de Nueva York, el equipo del Dr. Rudin analizó los marcadores epigenéticos en 286 del total de 430 pacientes de cáncer de pulmón de célula pequeña (CPCP) que habían participado en el ensayo clínico que había permitido la aprobación del anticuerpo nivolumab, e identificaron la expresión elevada de LSD1 como un gen muy correlacionado con un mal pronóstico en pacientes con CPCP tratados con anticuerpo. Los pacientes con bajos niveles de LSD1 respondían mejor al anticuerpo y vivían más. Esto señalaba el potencial de beneficio terapéutico de inhibir LSD1 en estos pacientes.

En otro ejemplo se ha reportado que, de forma única en los primates, LSD1 está implicado en una regulación cruzada con el gen RbFox1, que desempeña un papel importante en los trastornos neurológicos y psiquiátricos, como describen varios estudios genéticos. En Oryzon hemos reportado la importancia de LSD1 en trastornos neurológicos y psiquiátricos y como inhibir LSD1 beneficia a pacientes con agitación y agresividad. 

Pero a pesar de las oportunidades, la inversión en el campo de la biotecnología no está exenta de retos. La I+D en este campo es larga y costosa, y el proceso de aprobación regulatoria también. ¿Cómo pueden pues los inversores aprovechar las oportunidades en este campo? La respuesta reside en comprender la naturaleza de la biotecnología y los factores que influyen en las decisiones de inversión. Además, deben estar preparados para afrontar volatilidad en el mercado y asumir ciertos riesgos. Comprender el progreso de los ensayos clínicos en curso, las posibles colaboraciones entre empresas farmacéuticas y los avances en el desarrollo de productos es importante para evaluar el potencial de una inversión en este campo. 

La inversión en biotecnología no solo representa una oportunidad financiera, sino también una oportunidad de inversión en un futuro más saludable. Los inversores pueden ser parte de un movimiento que busca tanto rendimientos financieros como avances en la medicina y una mejora en la calidad de vida de las personas.

Por otro lado, que los inversores interesados en adquirir acciones de empresas biotecnológicas deben mantenerse informados sobre las moléculas en proceso de estudio y seguir su evolución en el mercado. Además, debido a los largos horizontes temporales es conveniente una comprensión profunda y una visión a largo plazo para tomar decisiones financieras sólidas en este sector. Para ayudar a que los inversores puedan valorar mejor este riesgo, es preciso ejercer una política de transparencia y divulgación en el proceso de I+D. Oryzon hace un esfuerzo continuo de divulgación a través de Notas de Prensa y la participación de sus científicos y directivos en congresos médicos, científicos y de inversión.

La industria farmacéutica y biotecnológica desempeñará un papel crucial en el futuro bienestar de Europa. Desde Oryzon llevamos años apostando por la inversión en I+D para crear fármacos de alto valor añadido, generando empleo cualificado y promoviendo el desarrollo sostenible en el camino. Esto nos ha permitido afianzar nuestra posición como una de las empresas con mayor intensidad de inversión en I+D por empleado, tal y como refleja el informe The 2022 EU Industrial R&D Investment Scoreboard publicado por la Unión Europea. Este intenso esfuerzo nos permitirá publicar a principios del próximo año los resultados del ensayo de Fase II en trastorno límite de la personalidad.

En un momento complejo, la biotecnología se alza como un faro de esperanza y un desafío único para cualquier inversor. Es esencial que la sociedad sea consciente de su importancia y contribuya al avance de esta disciplina que tiene el poder de cambiar vidas. Al hacerlo, no solo se pueden obtener beneficios financieros, sino también contribuir a un mundo donde la salud y la calidad de vida de las personas sean mejores.