Además, los inversores y la persona de a pie ponen más peso en los hecho reciente que en los pasado y, aunque no se nos ha olvidado la crisis, la gente empieza a ver las cosas con otro color. Aun así, el 54% de los inversores españoles adopta una postura más conservadora. Esto se justifica porque “se da mayor peso a los hechos recientes, como la tensión en Ucrania, y, porque realmente invertir en renta variable puede ser conservador. Depende del horizonte temporal”.


¿Hacia dónde se está destinando el dinero ahora mismo?
“Por un lado, los inversores conservadores o ahorradores invierten en depósitos y fondos garantizados y objetivo. Por otro, los que están dispuestos a ganar algo más que los activos sin riesgo, invierten en renta fija de valor añadido y la inmensa mayoría en renta variable, tanto europea, como americana y también en emergentes. Cuando uno se abstrae del ruido y se centra en el análisis, se constata que hay oportunidades para los inversores”.

Asia es uno de los destinos hacia los que está yendo más dinero a largo plazo, “algo que tiene sentido porque, estructuralmente Asia, como otros mercados emergentes, tienen unos estados con más reservas de divisas y menos déficit que nunca. Además, se hacen más independientes. Así pues, parten de una base muy baja y, aunque ha habido crecimientos muy espectaculares en las últimas décadas, siguen estando entre 2 y 4 múltiplos por detrás”.

Solo un 17% de los inversores encuestados creen que los metales preciosos serán el mejor activo en 2014. “Esto es debido al peso de los hechos recientes y a que los metales preciosos tuvieron más auge cuando más crisis había por su característica de refugio. Ahora que el inversor se despega del sentimiento negativo, el inversor sale del refugio y de los metales preciosos probando otras cosas”.

¿Observan divergencias entre los inversores extranjeros y los españoles?
Los inversores españoles y ahorradores tendemos a ser más conservadores que los extranjeros. Cuanto más al sur de Europa se va, más conservador es el inversor. En aquellos países donde hay una mayor cultura de previsión sobre qué va a pasar en la jubilación, tiende a haber un mayor interés por las alternativas de inversión que añaden más valor, como las acciones. En España venimos observando que el inversor y ahorrador es cada vez más consciente de que tiene que ir complementando lo que el Estado nos va a dar en la jubilación.