shamik_dhar_bnymellon

"Si miramos más allá del impacto inmediato del COVID-19 y confiamos en lasexpectativas de rentabilidad y riesgo, creemos que los inversores adoptarán una postura más conservadora hasta que se aclare la situación del mercado. Existe potencial para que el mercado rebote con fuerza, pero aún no está claro si las ganancias esperadas en el mejor de los escenarios superarán a las pérdidas esperadas en el peor de los casos. En el contexto actual, prevemos dos posibles escenarios de recuperación:

En el primero, creemos que hay un 35% de probabilidad de que la recuperación tenga forma de V, lo que implicaría que el COVID-19 se propaga por todo el mundo pero que el impacto económico es limitado. En este escenario, el virus alcanzaría su punto máximo durante el verano y las provisiones de liquidez de los bancos centrales serán lo suficientemente elevadas como para evitar grandes distorsiones en los mercados financieros.

También esperamos que el crecimiento mundial mejore en la segunda mitad de 2020 y que la producción se recupere, de modo que para la primera mitad de 2021 el crecimiento se sitúe cerca de donde estaría si no hubiera surgido el virus, sin que la producción sufra pérdidas permanentes.

El segundo escenario que consideramos, y al que también le asignamos una probabilidad del 35%, es una recuperación en forma de U en la que la propagación del COVID-19 es más persistente y generalizada que en nuestro primer escenario. En este caso, la economía se vería afectada principalmente por una caída de la demanda agregada mundial en vez de por una reducción de la oferta.

Las primas de riesgo aumentarían drásticamente y caerían los precios de la renta variable y del crédito, especialmente en el caso de las empresas más endeudadas. Una nueva huida hacia la calidad acabaría llevando los rendimientos de los bonos gubernamentales a niveles hasta ahora impensables, adentrándose aún más en terreno negativo en determinadas regiones. Pero antes de llegar a ese punto, la fuerte demanda de efectivo provocaría un aumento temporal de algunos rendimientos, creando grandes distorsiones en el mercado a medida que se reduce la liquidez y se agrava la escasez de dólares. 

La corrección desencadenaría una crisis similar a la que tuvo lugar tras el estallido de la burbuja de las puntocoms en el 2000-2001, que vino seguida de una recuperación en forma de U".