José Luis Cava plantea si Francia puede ser salvada de su ruina fiscal y concluye rotundamente que no. El experto critica el plan fiscal de Macron, calificándolo de inflado y carente de credibilidad. Denuncia que las previsiones de ingresos están exageradas y que no existen reformas estructurales ni estímulos económicos reales. “Si Macron quiere reducir el gasto público, tendrá que reducir las pensiones. Pero no las va a reducir: lo que ha dicho es que las va a congelar”.
Además, sus medidas para reducir el gasto sanitario son, a su juicio, simbólicas y difíciles de aplicar políticamente. “Francia ya es un infierno fiscal. La presión fiscal en Francia puede estar en torno al 47%. Subir más los impuestos es pura demagogia”.
Revisando el plan en detalle, el analista señala que no contiene medidas de reforma estructural ni para estimular la creación de riqueza. “Sin reformas estructurales y sin estímulo económico, un país no puede crecer. Por tanto, si el plan se aplicara, no serviría para reducir el déficit. Así que, sigo largo en el S&P 500, sigo largo en Bitcoin, sigo largo en Ethereum y lo poco que tengo en XRP”.
El plan tampoco es viable políticamente, ya que Francia está inmersa en una parálisis total. El plan sería aprobado ni por la derecha ni por la izquierda. Nadie va a apoyar un plan que implica subir impuestos en Francia, porque eso generaría un desastre social y nadie querrá votar a quien lo proponga, explica.
El déficit público ronda el 6% del PIB y la deuda ya está en el 113%, pero podría alcanzar el 130%, señala, lo que llevaría a más inflación monetaria. Por ello, Cava sigue convencido de que S&P 500, Bitcoin, Ethereum y XRP seguirán subiendo.

Para explicar el origen del problema francés, remonta a 1981 con Mitterrand, cuyo gobierno aumentó el gasto público y nacionalizó empresas. Señala que este enfoque se ha mantenido durante décadas. “Por eso vamos a considerar como escenario más probable que el euro siga débil”.
Francia representa el 17% del PIB europeo y Alemania el 20-21%. “Alemania está siendo especialmente perjudicada por la competencia china y por los aranceles estadounidenses. Así que, el euro está débil”. La conclusión es tajante: “el euro es una basura” y no hay solución a la falta de responsabilidad fiscal con los gobiernos actuales.