Morningstar evaluó las experiencias de inversores en fondos en 26 mercados de Norte América, Europa, Asia y África sobre los costes en los que incurren los inversores en fondos de inversión. El estudio bienal concluye que las comisiones de los fondos continúan disminuyendo en los mercados globales, que está llevando a la búsqueda de eficiencia en costes para poder contrarrestar esta tendencia a la baja de los ingresos.

Con una escala de superior (top), superior a la media (above average), inferior a la media e inferior (bottom).

Los países con mejores calificaciones fueron Australia, Países bajos y Estados Unidos, que mostraron comisiones y gastos más favorables para los inversores. Las economías a escala y la competencia han resultado en un grado superior para EE.UU. en las 6 ediciones de este estudio. Mientras que una alta transparencia de los costes impulsada por la eficaz regulación ha impulsado por tercer estudio consecutivo a Australia y Países Bajos.

Según la investigación, los Países Bajos y el Reino Unido se destacaron en Europa cuando se trata de aumentar la transparencia de las  comisiones. Esto se debió a que los inversores en los dos países pudieron comprar clases de acciones limpias en las que se elimina la comisión de seguimiento.

La investigación demostró que, en comparación con 2017, los índices de gastos medios ponderados por activos para los fondos domiciliados localmente y disponibles para la venta cayeron, con esta diferencia especialmente marcada en los fondos de renta variable domiciliados localmente.

Un aspecto diferenciador de los mercados europeos es que los inversores individuales pueden, en teoría, acceder al mismo menú ETF, gracias a la prevalencia del marco Ucits.

El estudio indicó que las regulaciones respectivas, como RDR en el Reino Unido, redujeron las comisiones y estimularon el uso de pasivos, ya que los asesores perdieron un incentivo financiero para vender fondos administrados activamente más caros.

Por su parte, España se ubica en la categoría inferior a la media, junto con Alemania, Francia, Bélgica, entre otros.

En España, la renta fija domiciliada localmente se encuentra entre las medianas ponderadas por activos más bajas, es decir, puntúa bien, pero no así para otras clases de activos (como renta variable) y fondos disponibles para la venta donde son mucho menos competitivos.

Otro factor que afecta a España es el uso de performance fees que no son del todo claras, así como los trailing fees en fondos comprados sin asesoramiento.

Desde la introducción de MiFID II en el país, se han creado clases de acciones limpias para cumplir con la directiva, pero esas clases solo son accesibles para inversores profesionales a través de asesores financieros, bancos privados o carteras administradas ofrecidas por los grandes bancos. Lo mismo es cierto para las clases de acciones limpias de fondos extranjeros. Las clases de acciones limpias españolas domiciliadas localmente suelen tener una tarifa de gestión que es más de un 50% más barata que las clases tradicionales, lo que ilustra la importancia de la comisión de distribución pagada por los inversores minoristas.

Respecto a ETFs, hay muy pocos cotizados en la Bolsa española, siendo los que replican al índice IBEX 35 auqellos que los inversores compran con mayor frecuencia. La red de distribución de fondos en España está dominada por bancos locales, que carecen de incentivos para vender ETF a inversores minoristas, dice el estudio.

Sin embargo, la razón principal de la falta de atractivo de los ETF en España es la forma en que se gravan en comparación con los fondos mutuos: los ETF se tratan como acciones en lugar de fondos. Un inversor puede cambiar de un fondo mutuo a otro sin pagar impuestos, pero esperemos que esto cambie en algún momento.