En el comunicado, la FED ha manifestado que el mercado laboral sigue fuerte y que ha seguido mejorando a pesar de lo ocurrido desde finales del año pasado. Además, explica que el gasto de los hogares y la inversión de las empresas continúa creciendo a un ritmo moderado, así como el sector inmobiliario.
No todo es positivo, también explica que “de cualquier forma, las exportaciones han sido más débiles y que los invetarios se han ralentizado. Además, la inflación sigue por debajo del objetivo del 2% entre otras cosas reflejando la caída en los precios de la energía”.
Como no podía ser de otra manera, la FED explica que está muy atenta a lo que está ocurriendo con la economía a nivel global. Así, aseguran que “el comité está vigilando la economía global y el sistema financiero y está analizando las implicaciones para el mercado laboral, la inflación y los riesgos que podrían entablar para sus previsiones”, explican. Es decir, a la institución le importa lo que está ocurriendo y podría tenerlo en cuenta en próximas reuniones, si todo continúa como hasta ahora.
Eso es lo que se esperaba, ya que tras el peor inicio del año en bolsa por las incertidumbres creadas por la desaceleración económica en China y los descensos del petróleo, los inversores descontaban que la autoridad monetaria mantendría los tipos en esta ocasión. Como explica Luis Francisco Ruiz, director de análisis de Estrategias de Inversión, “La Fed debe discernir si este nuevo e importante movimiento de aversión al riesgo está justificado en fundamentos y realmente corre peligro el ciclo económico”.
Lo que no ha hecho la FED es aclarar si en la próxima reunión del mes de marzo, su presidenta, Janet Yellen, dará alguna pista de si sus miembros han variado las estimaciones de su reunión del mes de diciembre, cuando estimaban entre tres y cuatro subidas de tipos este año.
Para Cárpatos es difícil saber cuál es la conclusión que ha de sacarse con este comunicado. Afirma que “el mercado está tardando en tomar una decisión sobre lo que está diciendo la reserva federal porque han mantenido muchos comentarios acerca de que siguen esperando una subida gradual de los tipos de interés, algo que es negativo para el mercado, pero por otro lado avisan de que están pendientes de la mayor debilidad económica, algo que es positivo para el mercado porque evita subir los tipos de interés, pero mantienen que los efectos negativos para la inflación provenientes de la energía son temporales, por lo que ha habido un juego de palabras y colocación de piezas que en realidad se queda más o menos como estaban. Reconocen más debilidad económica pero mantienen sus previsiones, lo que les permite seguir diciendo que espera subidas graduales de tipos".
Por el momento, lo que indica el mercado de futuros de tipos de interés es la Reserva Federal va a bajar el pie del acelerador y que lo que hará será reducir el ritmo de subidas. En concreto, en la actualidad los futuros muestran que este año solo se produciría una subida, con lo que el precio del dinero acabaría el ejercicio en torno al 0,75%. Es decir, todavía en niveles muy bajos.
Según Paul Moran, profesor del IEB, “la Fed subirá sólo una vez los tipos de interés, en junio o julio, y lo hará en un 0,25%”. Mientras tanto hay expertos que afirman que Janet Yellen sigue teniendo los mismos argumentos que en diciembre para justificar una subida de tipos escalonada en todo el ejercicio, tal y como estaba previsto.
Para los analistas de Lazard Freres Gestión, “ciertos factores que han incidido, como el descenso del gasto público, irán remitiendo y la recuperación que está experimentando el sector de la construcción sostendrá la actividad. El impacto del alza del dólar y de la bajada del precio del petróleo irá también atenuándose, pero el consumidor continuará beneficiándose de incrementos del poder adquisitivo que no han sido íntegramente repercutidos sobre el consumo. Por tanto, el crecimiento debería mantenerse firme (en torno al 2,5%) y generar el suficiente empleo que permita a la Reserva Federal continuar con su política de subida de tipos de interés”.
El país seguirá creciendo este año, la creación de empleo sigue estando por encima de los 200.000 mensuales y en los últimos meses se han observado crecimientos salariales. Eso sí, el FMI rebajaba hace solo unos días sus expectativas de expansión para este año.
¿Qué puede pasar a partir de ahora?
Este año la FED cambiará el sesgo de sus componentes, ya que se producirá la rotación de dos de sus miembros. Las nuevas incorporaciones son más hawkish que los anteriores, es decir, que no son tan propensos a mantener las políticas expansivas como sus antecesores.
Además, sabemos que los mercados suelen ser especialmente sensibles a los comentarios de la Reserva Federal, sobre todo en momentos en los que las bolsas han sufrido caídas. Así, la decisión de no subir los tipos el pasado mes de septiembre después del desplome de agosto, no sentó bien a las bolsas, algo que podría ocurrir de nuevo ahora.
Por el momento, Cárpatos explica que “la FED está desconectada de la realidad, muchos ven que están obcecados en su visión y tienen miedo de que vayamos de cabeza a una recesión justo cuando la FED se ha puesto a subir tipos. Reconocen el bache pero siguen apostando a futuro, por lo que casi no hay cambios con respecto al anterior, lo que deja al mercado un sabor de incertidumbre para ver qué puede hacer que la FED cambie de opinión… o qué es lo que puede hacer cambiar de opinión al mercado”.
La decisión de mantenerlos tipos no alivia a sectores como el de la energía, muy castigados por el precio del petróleo y por el aumento de las tasas de impago. En la actualidad, muchas de estas empresas están pagando intereses de más del 10% para financiarse. Por otro lado, aunque los bancos necesitan que el precio del dinero suba para mejorar los ratios de rentabilidad de su negocio, lo cierto es que muchas entidades están cargadas de deuda de energéticas. Una subida de los tipos aumentaría las tasas de default, con el consiguiente impacto en sus cuentas.
Por otro lado, si el precio del dinero se mantiene podría retrasarse una revalorización del dólar, lo que gustaría a los exportadores y las grandes multinacionales. Habrá que esperar a marzo.
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