Según datos del Instituto Nacional de Estadística, hoy en día una persona de 65 años puede esperar vivir 21 años más, dos décadas en las que, sin la jornada laboral y con las condiciones de vida actuales, se le abren más posibilidades a las que dedicar su tiempo. Sin embargo, ¿está preparada la sociedad para incluir a las personas mayores como un activo más que puede seguir contribuyendo al tejido social?.
El perfil de las personas mayores ha cambiado mucho en los últimos años. El relevo generacional ha propiciado cambios sobre la realidad y la percepción de la población mayor. Los cuidados, las tareas domésticas e incluso la soledad siguen siendo factores importantes en la vida diaria de muchos mayores. Sin embargo, la llegada a la tercera edad de generaciones más formadas, con buena salud y con intereses socioculturales más desarrollados supone una evolución importante de su papel en la sociedad.
Visibilizar la creatividad de las personas mayores
El programa de Personas Mayores de la Fundación ”la Caixa”, con más de 100 años de historia, es un claro ejemplo de este cambio de mirada social necesario hacia este colectivo. A través de las acciones y actividades que la Fundación impulsa, se promueve una vejez activa en la que, teniendo en cuenta la heterogeneidad actual de las personas mayores, se las apoya para que lleven a cabo un proyecto personal propio adaptado a sus intereses y para que disfruten de una vida plena y comprometida con su comunidad, además de dar visibilidad a su talento y promoverlo en la sociedad.
La capacidad creativa se cultiva con la práctica, con el interés constante, que hace descubrir nuevos enfoques y mantener la mente activa. Está comprobado que, además de desarrollar la imaginación, contribuye a mejorar la autoestima y la capacidad de comunicación y, por tanto, a mejorar las relaciones sociales. Es decir, potenciar y favorecer estas habilidades creativas aporta numerosos beneficios cognitivos y es una fuente inagotable de inspiración y oportunidades a lo largo del recorrido vital.
En el programa de Personas Mayores de la Fundación ”la Caixa” se apuesta firmemente por promover estos valores creativos, y por esa razón se ha incorporado una serie de talleres orientados a fomentar la creatividad y la imaginación de las personas mayores. Esta línea se une a las ya existentes: «Mantenimiento y mejora de la salud física y prevención de la fragilidad», «Fomento del desarrollo personal», «Mejora de las competencias digitales» y «Participación social y comunitaria».
Concurso de Relatos: 16 años de historias llenas de talento
Paralelamente a las novedades, una de las iniciativas creativas más consolidadas dentro del programa de Personas Mayores es el Concurso de Relatos Escritos por Personas Mayores que organiza la Fundación ”la Caixa” en colaboración con Radio Nacional de España. Se trata de un certamen participativo e ilusionante que da valor al talento sénior y, sobre todo, a la manera de ver el mundo a través de toda esa experiencia de vida acumulada. Además, desde los inicios, cuenta entre el jurado con dos escritores reconocidos como son Soledad Puértolas y Fernando Schwartz.
El relato ganador de la edición de 2023 fue La abuela, de Chelo Cameselle (Madrid), un texto que recoge las relaciones intergeneracionales en la familia a través de una historia llena de magia que habla sobre la importancia de la transmisión del cariño a las nuevas generaciones. La suya puede decirse que es una vocación de escritora tardía porque ha sido ahora —como les ha pasado a muchas mujeres de su edad— cuando ha podido explorar y desarrollar toda su capacidad creativa: «Yo escribía desde pequeña, pero nunca pensé que tuviera algún resultado o validez. Y mucho menos en aquella época».
Motivada por su profesora del taller de escritura, al que asiste regularmente en Pozuelo, presentó su texto al concurso. Ganar la edición de 2023 ha sido para Cameselle un aliciente más para reivindicar el talento de las personas de su edad: «Es importantísimo ahora más que nunca porque los 70 de ahora no son como los de antes, que parecía que estabas como amuermado o de retirada. Ahora estamos más activos y necesitamos espacios para compartir nuestras inquietudes e intereses». Esta posibilidad de encuentro con otras personas de su generación que le ofrecen los talleres supone una experiencia muy enriquecedora donde incluso aflora la inspiración literaria, como ella misma afirma: «La gente explica sus vivencias y yo me quedo con la boca abierta escuchando sus historias y la vida que han tenido. Daría para hacer cientos de relatos».