Siemens ha informado de que en el tercer trimestre sufrió una pérdida neta atribuida de 1.655 millones de euros, frente al beneficio de 1.352 millones de euros un año antes, debido a los elevados números rojos de su filial de energía por Gamesa y la reestructuración en Rusia.
La pérdida, que es la primera trimestral de Siemens desde el cuarto trimestre de 2010, ha obligado a Siemens a recortar su previsión de ganancias por acción para todo el año a 5,33 a 5,73 euros por acción, desde los 8,70 a 9,10 euros anteriores.
En cuanto a los ingresos, fueron mejores de lo esperado en su tercer trimestre. El fabricante de software industrial y trenes registró un aumento de los ingresos del 11%, hasta los 17.870 millones de euros (18.380 millones de dólares), superando las previsiones de los analistas de 17.470 millones de euros, según la media de la empresa.
Siemens posee una participación del 35% en la empresa de turbinas y energía eólica, que ha tenido dos años problemáticos desde su escisión en 2020, con problemas operativos y pérdidas en su división de aerogeneradores Siemens Gamesa.
El consejero delegado Roland Busch dijo que la demanda seguía siendo fuerte, a pesar de un entorno afectado por las sanciones a Rusia, la alta inflación y los efectos actuales de la pandemia.
Además del cargo de Siemens Energy, las cifras de la compañía también se vieron afectadas por 442 millones de euros en costes relacionados con su decisión de abandonar Rusia tras el conflicto en Ucrania.