A raíz de los acontecimientos que han tenido lugar entre Rusia y Ucrania, la Comisión Europea está estableciendo planes a corto, medio y largo plazo para completar el mercado energético comunitario, y diversificar las fuentes y rutas de suministro energético. En este contexto, “es el momento de que España ponga en valor sus infraestructuras y pase a formar parte del sistema de suministro del gas en Europa”, afirma el presidente de la Asociación Española del Gas, Sedigas, Antoni Peris.

Estas declaraciones se han formulado en la rueda de prensa previa a la celebración de la Reunión Anual de Sedigas, que tiene lugar estos días 27 y 28 de mayo en Madrid, bajo el lema “Gas, oportunidad de crecimiento”.

España podría aportar el 12% del gas que procede de Rusia

Según Peris, España podría aportar hasta el 12% del gas que procede de Rusia. Esto sería posible si finalmente de construye el Midcat, la tercera interconexión, que uniría la Península con Francia a través de Cataluña, facilitando la entrada de hasta 15,1 bcm de gas hacia el continente. Ello equivale al gasoducto Bluestream o el 30% del Nordstream. Ambas infraestructuras fueron construidas a partir de la crisis entre Rusia y Ucrania del 2009.

En aquel momento, según Peris, España no podía aportar gas por falta de capacidad en las interconexiones con Francia, pero dicha situación cambió en 2013 al entrar en funcionamiento la ampliación de la interconexión por Larrau, que permite una circulación en ambos sentido de 5,4 bcm. En 2015 entrará en funcionamiento la ampliación del gasoducto que cruza por Irún, hasta alcanzar los 7,1 bcm. Y si finalmente Europa opta por el Midcat, la cifra llegaría a los 15,1 bcm.

Europa prepara fondos para las interconexiones

En el marco de la conferencia sobre “Estrategia de la Energía” celebrada el 21 de mayo en Bruselas, el Presidente Barroso afirmó que Europa había dispuesto diferentes instrumentos financieros para acometer las interconexiones necesarias. Entre ellos destacó “por primera vez, la Comisión Europea propone un instrumento como The connecting Europe Facility, no solo para el transporte sino también para la energía.”

Proyecto Prioritario para Europa

El gasoducto Midcat fue incluido en la lista de proyectos prioritarios de la Comisión Europea en octubre de 2013, elemento que puede favorecer el acceso a fondos comunitarios para su construcción. En este sentido, según Peris, si este gasoducto se dinamiza hacia el centro del continente “España podría devenir parte de la solución para la crisis de seguridad de suministro que tiene en la actualidad Europa”.

España dispone de una óptima posición estratégica, al estar situado ente el eje del Mediterráneo y el Atlántico, y al estar conectado con Europa a través de Francia. Además, se trata un país de la Unión Europea, políticamente estable, con capacidad de recibir gas de cualquier origen.

Actualmente, el sistema gasista español tiene una capacidad de recepción de 21,5 bcm procedentes de Argelia —a través de los gasoductos Medgaz y Tarifa— y de 60,12 bcm procedentes de las 6 plantas de regasificación que se encuentran activas.

36,5 % de la capacidad de regasificación de Europa

Nuestro país dispone, en la actualidad, del 36,5% de la capacidad de regasificación de Europa, elemento que favorece la recepción de gas de 11 orígenes distintos. Además, está conectado con otros países a través de 6 conexiones internacionales (2 con Argelia, 2 con Portugal y 2 con Francia). Todos estos elementos lo posicionan como uno de los sistemas más diversificados de Europa.

Por el contrario, alguno países europeos se encuentran todavía muy cautivos del gas procedente de Rusia, que equivale al 27% del consumo total de Europa. Esta situación llega al extremo en países como Estonia, Finlandia, Letonia, Lituania y Eslovaquia, que dependen en un 100% del gas ruso. Otros como Bulgaria o Hungría tienen una dependencia del 90%.

Expansión del gas

Además de la proyección exterior de España, el sector del gas en nuestro país tiene todavía mucho potencial. Éste pasa por conseguir una mayor penetración en el sector doméstico-comercial —que actualmente se encuentra unos 20 puntos por debajo de la media europea—. También pasa por conseguir un ambicioso plan de sustitución de energías más contaminantes por gas. En este sentido, actualmente existen 50,2 TWh de calderas de gasoil que al ser sustituidas por gas pueden proporcionar unos ahorros en la factura energética del 50% para la industria y del 36% para los hogares.

El sector de los edificios públicos es otro de los grandes beneficiados. En este ámbito, la sustitución de instalaciones térmicas, entre otras acciones, puede proporcionar ahorros de hasta el 25% es su factura energética. Y en relación con la industria, la implantación de cogeneraciones puede suponer un menor consumo —de hasta el 40%— en energía primaria.

Por lo que a la presencia del gas en el transporte se refiere, no se trata de un elemento nuevo, ya que cuenta con buena experiencia en flotas de autobuses urbanos, camiones de recogida o de reparto. Sin embargo, esta energía tiene suficiente potencial como para seguir creciendo en vehículos particulares e incluso en la propulsión de grandes buques, a través del GNL marítimo.

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