MADRID, 13 MAY. (Bolsamania.com/BMS) .- Entre la esperanza de que el Banco Central Europeo (BCE) actúe y la prudencia por el conflicto de Ucrania, así están las bolsas europeas, que se debaten entre la ilusión y la cautela y hoy han cerrado con leves alzas de apenas el 0,20% de media. El Ibex 35 se ha anotado un leve 0,19% y mañana partirá desde los 10.587,2 puntos. El analista técnico de Bolsamanía, José María Rodríguez, considera que, “en teoría, todo apunta a que el índice ataque en cualquier momento los máximos anuales”, los 10.705 puntos.

Explica que tras las caídas del miércoles pasado, el Ibex 35 suma cuatro sesiones consecutivas dibujando mínimos crecientes, esto quiere decir que el mínimo de cada sesión supera al marcado en la jornada anterior, “lo que significa que aunque parezca que no se está moviendo, está plano y aburrido”. Eso sí, el escaso movimiento que hay es al alza.

Este buen feeling se constata además porque tanto el S&P como el Dow Jones están en subida libre, marcando máximos históricos; el futuro del Euro Stoxx 50 ha vuelto a marcar también un nuevo máximo anual; y el Futuro del Dax 30 está a punto de hacerlo. Tres factores que, sumados además a que Telefónica está volviendo a despertar “tras lo que parecía que iba a ser una corrección a corto plazo por las caídas del viernes, pero que ha sido 'visto y no visto'”, cabe pensar que el Ibex 35 imite a Wall Street y a los grandes de Europa.

“A pesar del buen comportamiento de las bolsas europeas tanto en lo que llevamos de año como durante el ejercicio pasado, sigo siendo positivo y espero más subidas”, ha declarado optimista en Bloomberg Herbert Perus, responsable de renta variable de Raiffeisen Capital Management, quien considera un buen síntoma que las compañías europeas que han obtenido resultados mejores de lo esperado se han incrementado, frente a aquellas cuyos números no han sido tan positivos.

Opina lo mismo en Reuters Joffrey Ouafqa, gestor de fondos de Convictions: “La temporada de resultados del primer trimestre refleja el escenario de recuperación macroeconómica, aunque de forma moderada, y demuestra que el efecto divisa están siendo menos dañino que en el último trimestre del año pasado (…) Si la recuperación macroeconómica se confirma, los resultados corporativos y los precios de las acciones seguirán subiendo. Esto es lo que el mercado necesita en este momento”.

En resumen, tal y como sintetiza el estratega de IG, Daniel Pingarrón: “Continúa el buen ambiente, apoyado en el buen sabor de boca que dejó Mario Draghi el jueves, la poca preocupación que se desprende de la evolución de los acontecimientos en Ucrania, y con Wall Street alcanzando nuevos máximos históricos”.

La mala noticia es que las esperanzas de que el BCE actúe generan incertidumbre sobre si lo hará con medidas de política monetaria convencional o no convencional. Desde Santander Private Banking enumeran entre las primeras el recorte del tipo repo, la fijación del tipo marginal de depósito en negativo o la no esterilización de compras en SMP; y entre las no convencionales, una QE; o una combinación de ambas.

“A pesar de que el BCE ha reiterado en varias ocasiones que todas las alternativas están encima de la mesa, lo cierto es que el contexto actual limita el grado de efectividad de algunas medidas. Dada la evolución de las curvas soberanas de los países de la Zona Euro, pensamos que no tendría mucho sentido poner en marcha un programa masivo de compra de deuda, porque el impacto en los costes de financiación soberana sería muy limitado. En cambio, un programa de compra de titulizaciones en manos de las entidades financieras o, incluso, inyecciones masivas de liquidez (LTROs) condicionadas a la concesión de crédito (mecanismo similar al funding for lending del Banco de Inglaterra), podrían atajar de manera efectiva la fragmentación financiera existente en la Zona Euro”, explican estos analistas.

María Gómez