MADRID, 07 MAY. (Bolsamania.com/BMS) .- “El mercado tiene que acostumbrarse a un periodo prolongado de inestabilidad en Ucrania”. Sin más. Esta simple pero precisa declaración pertenece a Espen Furnes, gestor de la firma noruega Storebrand, quien en declaraciones a Bloomberg ha explicado así el comportamiento de las bolsas que vienen y van y a las que hoy “les ha tocado” subir. Las bolsas europeas han terminado con subidas del 0,25% de media, mientras que el Ibex 35 ha cerrado con una caída del 0,64%, en los 10.413,8 puntos. Pero este descenso pronunciado tiene una explicación técnica.

Gran parte de la corrección de hoy en el selectivo se debe a que el Ibex 35 no ajusta por dividendo y ha descontado que Telefónica ha estado cayendo alrededor de un 3%, cuando en realidad sus acciones se han movido planas e incluso con ligeras subidas. “La resistencia para el Ibex 35 sigue siendo la misma que las últimas semanas, los 10.540 como cifra redonda”, explica el analista técnico de Bolsamanía, José María Rodríguez, que recuerda además que ya han sido tres los intentos del índice de superar este nivel en las últimas semanas, “y nada de nada”. Para Rodríguez, una prueba de que el Ibex 35 ha estado hoy bastante tranquilo, más allá del “efecto dividendo” de Telefónica, es que Banco Santander (+0,68%) y BBVA (-0,28%) se han movido planos, “y el sector financiero es el que mueve al Ibex 35”. Descontando dividendo, Telefónica ha cerrado con subidas del 0,25%, en los 11,92 euros.

Ya esta mañana, los expertos de Bankinter adelantaban que hoy, siempre con un ojo sobre Ucrania, sería una sesión de transición a la espera de mañana, “el día realmente importante”: reunión del Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés) y del Banco Central Europeo (BCE), así como subastas de de deuda Irlanda y España. “Los inversores están expectantes ante la reunión de tipos del BCE y la posterior intervención del presidente, Mario Draghi, por lo que no esperamos grandes movimientos hasta ese momento. Continuamos pensando que la institución no implementará ninguna medida de política monetaria extraordinaria y que continuará aplicando el forward guidance y más considerando que se espera un repunte del IPC por el efecto de la Semana Santa”, una opinión sobre la inacción del BCE que comparte la mayoría del mercado.

Hoy mismo, Emilio Ontiveros, doctor en Ciencias Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid y presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI), le ha pedido al BCE que haga “un ejercicio de responsabilidad serio”. En la presentación del quinto número del Policy Brief de EuropeG, la especie de think tank creada junto con otros catedráticos como Antoni Castells o Josep Oliver, Ontiveros ha declarado que la obligación del BCE es “ahuyentar los temores deflacionistas” y, aunque considera que la autoridad monetaria de la Zona Euro no debe estar obsesionada con el tipo de cambio del euro, advierte que “es una locura tratar de reducir la deuda exterior con tipos de cambio muy distanciados de cualquier equilibrio”.

¿Cuáles son las herramientas de las que dispone el equipo de Mario Draghi? Ontiveros responde: reducir el tipo repo: “El problema es que nos planteamos el problema dos años después de que los colegas de otros bancos centrales lo hicieran” (1); penalizar la facilidad marginal de depósitos (2); estímulos cuantitativos, la QE europea: “Hasta Weidmann (Jens Weidmann, presidente del Bundesbank y 'halcón' del BCE, esto es, firme defensor del control de la inflación y poco proclive a los estímulos) hizo un guiño”. Más que comprar deuda pública, Ontiveros apuesta por estimular las titulizaciones de créditos a pymes (3). Hasta aquí las medidas ortodoxas, pero Ontiveros menciona dos “cercanas a la represión financiera: aceptar como colaterales sólo las deudas del sector privado o efectuar inyecciones de liquidez condicionadas al crédito”.

María Gómez