En concreto, los temores a que el brote se convierta en una pandemia se incrementan tras el fuerte aumento del número de casos de coronavirus en Corea del Sur, Italia e Irán. En el país transalpino se confirmó este lunes por la tarde el séptimo muerto.

Italia ha cerrado las ciudades más afectadas y prohibió las reuniones públicas en gran parte del norte, incluyendo la suspensión del carnaval en Venecia, donde hubo dos casos, para tratar de contener el mayor brote de este patógeno en Europa. China ha informado de 409 nuevos casos en la parte continental, frente a los 648 del día anterior, lo que eleva el número total de infecciones a 77.150 casos al 23 de febrero. El número de muertes aumentó en 150 a 2.592.

“Los mercados parecen demasiado complacientes y eso se demuestra al observar que hay importantes datos sobre el sentimiento de los inversores que todavía no están lejos del territorio eufórico en un momento en que empiezan a aumentar los nuevos casos de infección fuera de China. Por lo tanto, creemos que es probable que la volatilidad de los mercados dure más tiempo, lo que aboga por un posicionamiento más bien neutral en cuanto al riesgo”, apunta Frank Häusler, estratega jefe de Vontobel Asset Management (AM).

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“A medida que nos ceñimos a nuestra visión a medio plazo de la estabilización económica mundial, creemos que se abrirán oportunidades de compra en mercados desarrollados y en emergentes tan pronto como el impacto del virus se contenga más claramente y el daño económico se haya manifestado en los datos económicos de China y los mercados desarrollados”, apunta.

“Dado que las expectativas de inflación ya tienden a bajar debido a los trastornos causados por el virus mundial y al sentimiento negativo de los mercados, los precios de los tipos para la flexibilización monetaria han aumentado a corto plazo, lo que ha hecho que los rendimientos de los bonos vuelvan a ser muy bajos. Esperamos que la rentabilidad se recupere rápidamente si el impacto del virus en el crecimiento ha alcanzado el nivel máximo. Hasta entonces, sin embargo, es posible que sigamos observando una mayor volatilidad en los mercados financieros y nuevos episodios de movimientos de aversión al riesgo en la renta variable, con los rendimientos de los bonos del Estado manteniéndose en niveles muy bajos o cayendo incluso más (por ejemplo, en los Estados Unidos)”, añade.

De hecho, ayer el índice que mide la volatilidad en el S&P 500, el VIX, subió más de un 40% hasta los 24,39 puntos. El llamado índice del miedo no fue una excepción y el Dax New Volatility, que estima la volatilidad en el índice bursátil alemán, subió un 35% hasta los 23,12 puntos.

Valores con buen momento y baja volatilidad 

Ante este panorama, muchos inversores pueden perder el ánimo y entrar en estado de nerviosismo. Es importante mantener la calma y la templanza, fijarse en el largo plazo y saber que estas cosas pueden pasar en una situación como la actual donde Wall Street acumula máximo tras máximo desde septiembre de 2009.

Para aquellos más cautelosos siempre hay valores que cuentan con una volatilidad reducida o menor al mercado, los llamados valores defensivos como las compañías eléctricas, las de servicios públicos como Red Eléctrica y Enagás o las concesionarias de infraestructuras como Ferrovial.  

Según los indicadores técnicos de Estrategias de Inversión, que recogen el momento de una compañía a nivel técnico teniendo en cuenta su tendencia, su volumen y su volatilidad tanto a medio (50 sesiones) como a largo plazo (200 sesiones) en este momento hay varias compañías que pueden ser una oportunidad de compra, siempre y cuando nuestro objetivo sea acompañar tendencia a medio plazo y sobre todo no perder patrimonio.

Es el caso de Grifols, Acciona, Indra, Ferrovial, Endesa, Red Eléctrica o BBVA que cuenta con una volatilidad decreciente, tendencia alcista, momento total positivo y volumen creciente, según los indicadores técnicos.